Buena puerta de entrada para lectores primerizos

Buena puerta de entrada para lectores primerizos

Un ser especial que regala sueños.

16 Agosto 2020

INFANTIL

EL SEÑOR DE LOS SUEÑOS

RAQUEL CANÉ

(El Ateneo - Buenos Aires)

Este es un libro que habla cuando se lo observa, y no importa la edad que tengas (aunque aparenta ser para niños) lo ves, y es amor a primera vista. Puede reescribirse a través de sus imágenes. La impecable edición posee una portada cuidada al detalle, con solapas grandes en donde comienza la historia breve cuyo principal personaje es un misterioso y mágico Él, que se mira, pero no se nombra. Cada noche, cuando se encienden las estrellas, el señor de los sueños comienza su tarea. Pero a veces hasta él necesita que le regalen un sueño, dice la autora.

En todo el libro priman los azules, amarillos-dorados, y dentro de esa armonía, implosiona una fiesta de colores. El texto no se afianza a ellas, porque ellas tienen vida propia, aunque ambos mundos se entrelazan. La autora utiliza con pericia, imagen, color y letras. Al ser breve, se convierte en una excelente opción para los primeros lectores, pero incluso, para un apasionado del diseño o la fotografía.

El señor de los Sueños está escrito e ilustrado por Raquel Cané. Sus ilustraciones, son fabulosas: coloridas, tiernas y con una sensación de relieve que pareciera que los personajes van a salirse del libro. Imágenes increíblemente expresivas, que otorgan vida a la sencillez con la que se aborda un tema complejo. Es también un libro intenso porque su contenido transita diferentes espacios, y nos lleva a un lugar de preguntas: ¿existe alguien dueño de los sueños? ¿Este señor es un duende, un ser de otro planeta, un príncipe de galaxias inalcanzables, acaso todo junto? Alguien que comienza su tarea cuando se encienden las estrellas, es también un alguien especial porque regala sueños.

Además del disfrute para los más chiquitos resulta interesante para los adultos que gustan de la reflexión y el color, esa extraña unión entre mundos vinculados. No se pueden comprar los sueños, al menos algunos, pero podemos acceder a un libro que nos hable de ellos.

© LA GACETA

Mónica Cazón

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