Y sí... si no es por la basura que flota (botellas, vasos y todo tipo de envoltorios de plástico), es por el manto verde de algas y, ahora, porque le ha bajado notoriamente el nivel del agua. Lo cierto es que el lago San Miguel y su entorno no es precisamente la zona que más se luzca en el parque 9 de Julio.
La Municipalidad ha tomado nota de este punto débil del inmenso pulmón verde urbano diseñado por Carlos Thays, admitió que necesita mejoras y los funcionarios responsables informaron que ya se está trabajando en las soluciones.
En diálogo con LAGACETA.com, Valeria Amaya, a cargo de Espacios Verdes, explicó que el lago tiene dos problemas principales: por un lado una filtración que hace descender la cota y, por el otro, que se necesita más caudal de agua para generar más movimiento y mayor nivel de agua y evitar así que se formen algas.
“El lago tiene una pequeña filtración que hizo que baje mucho la cantidad de agua que contenía. Lo estudiamos, medimos la pérdida y hablamos con expertos que nos recomendaron colocar otro pozo que le aporte agua”, explicó la funcionaria municipal.
La intendencia y la Dirección Provincial del Agua (DPA) se unieron en un proyecto para ejecutar lo que recomendaron los expertos, solucionar el problema y generar mayor movimiento de agua en el lago. De prosperar un acuerdo, sostuvo la funcionaria, el lago estaría en óptimas condiciones a fin de año.
“Hay vida”
“La falta de movimiento del agua es lo que provoca que proliferen algas que, en realidad, están en el fondo y salen a la superficie. Es por eso que también es importante que se genere mayor caudal”, detalló Amaya. Además mencionó que se hicieron estudios para chequear el estado del agua y que arrojaron que “está en condición sanitaria buena” y que “hay vida en su interior”. Es decir que, a pesar de su mal aspecto a la vista, el lago San Miguel no está contaminado. Todos los días, asegura la funcionaria, personal municipal se sube a un bote y se encarga de limpiar el espejo de agua, que suele verse recubierto de algas y de basura que arrojan las personas que van a pasear por el lugar.
“Limpiamos la superficie y también el fondo, pero en determinadas condiciones las algas se reproducen más rápido que lo que nosotros podamos actuar”, sostuvo Jorge Atilio Boggiatto, también de la Dirección de Espacios Verdes.
El funcionario explicó que las pequeñas filtraciones que tiene el lago no son especialmente preocupantes ni necesitan una reparación. “El problema está en que disminuyó el aporte externo de agua, por múltiples factores. Eso hace que baje el nivel del lago, entonces la luz solar penetra hasta el fondo y hace que se reproduzcan más rápido las algas. La solución entonces es levantar el nivel de agua, con un pozo nuevo”, detalló.
Recibía agua del Salí
Boggiatto explicó que cuando fue diseñado, el lago contaba con un aporte permanente del río Salí, que mantenía el movimiento del agua. “Eso dejó de suceder cuando se construyó la autopista de Circunvalación. Entonces, en reemplazo, se hizo un pozo de agua con una bomba para aportarle agua al lago. Ese pozo hoy ha disminuido notoriamente su capacidad. Además, el agua se va también en forma de vapor. Por último, estamos en la estación más seca, no hay aporte de lluvias, entonces más se disminuye el nivel”, explicó el funcionario y adelantó que, además del nuevo pozo, la Municipalidad planea mejorar todo el entorno del lago.