Tucumán fue la tercera provincia más afectada por la epidemia de dengue en el país. En total se notificaron 7.806 casos, lo que representa un 80% más que lo registrado durante 2009. Hubo cuatro muertos y 1.000 pacientes fueron internados por su gravedad. Luego de esta crisis sanitaria en medio de la cuarentena, vino el frío y nos dio un respiro. Desaparecieron al fin los mosquitos Aedes aegypti. Sin embargo, los últimos días calurosos trajeron de nuevo el temor: ¿sufriremos otra vez por la picadura de los insectos? ¿Ya hay que volver a cuidarse con repelentes?
Julieta Migliavaca, jefa de Prevención de Riesgos Ambientales de la Dirección de Salud Ambiental de la Provincia, sugiere: “hay que cuidarse porque con el calor van a aparecer mosquitos. Estamos moniteoreando con ovitrampas y aún no hay presencia de Aedes aegypti. Pero no hay que bajar la guardia; hay que seguir trabajando en la casa, sacando los recipientes que puedan acumular agua”.
Giselle Rodríguez, investigadora del Instituto Superior de Entomología del Lillo, da más detalles sobre la posible amenaza del mosquito: “aún no hay actividad reproductiva de Aedes aegypti, aunque con estos calorcitos pueden ocurrir eclosiones ocasionales de huevos, por lo que es importante descartar todos los recipientes que puedan haber quedado con huevos”.
Antes de despedirse, los Aedes aegypti -que no pueden sobrevivir a temperaturas muy bajas- han dejado sus huevos en “diapausa”. En otras palabras, los programaron para que tengan un sueño profundo y no eclosionen en temperaturas desfavorables, sino en primavera, cuando alcanzarán una mayor supervivencia. “La población de mosquitos se restablecerá aproximadamente en septiembre”, aclara Rodríguez.
Que los mosquitos vuelvan en primavera no significa que sí o sí otra vez estará circulando el virus, explica la especialista. “En general, en Tucumán y en el país los brotes de la enfermedad comienzan con casos importados y la circulación del virus luego se hace autóctona. Casos importados son las personas que vuelven de un viaje con el virus, luego son picadas aquí por otro mosquito, lo que provoca la transmisión en la región”, señala.
“Igualmente, por la naturaleza inherente del virus, los brotes epidémicos en general se dan cada cuatro o cinco años (se van acortando los períodos interbrotes). Lo más probable es que en la próxima temporada de circulación de Aedes aegypti no haya una epidemia de dengue, aunque sí casos aislados”, apunta Rodríguez.
De todas formas, no hay que confiarse. Después de la última experiencia y con el riesgo de que haya más infecciones (lo cual puede agravar los casos) urge sostener las medidas de prevención: colocar telas mosquiteras, eliminar todos los recipientes en desuso, limpiar y ordenar los fondos de las casas y tapar los tanques de agua.