Un estudio de la Universidad de Buenos Aires (UBA) registró que el 75% de las personas relevadas padece algún malestar psicológico. Más de la mitad consume alcohol y si bien es alto el porcentaje de quienes recurren a los amigos, hay un crecimiento sostenido de los que acuden a la automedicación para sobrellevar las consecuencias del aislamiento en su salud mental. Así lo indica el trabajo de la Facultad de Psicología de la UBA, según informa Télam.
Se hicieron tres grupos: uno entre los siete y los 11 días posteriores al inicio de la cuarentena, otro entre los 50 y 55 días y un tercero entre los tres y cuatro meses. Se relevaron unas 8.600 personas en todo el país.
El porcentaje del 75% de encuestados con algún malestar psicológico se dio en el tercer grupo. En el primero fue del 52% y en el segundo, del 70%.
Medicamentos y alcohol
En cuanto al manejo de ese malestar, con el paso del tiempo se incrementó el porcentaje de quienes hablan con amigos y aumentó el de quienes se automedican. Este llega al 15% a los cuatro meses de la cuarentena. También es alto el porcentaje de los que consumen alcohol, que llega al 54% en el tercer grupo. Este dato va en ascenso, ya que en el primer grupo relevado había 37,5% de consumo y en el segundo, 41%.
En tanto disminuyó el porcentaje de personas que consumen tabaco, aunque aumentó en forma leve, llegando al 12% los que consumen alguna droga ilegal.
Además, el 44% de los encuestados manifestó que no sigue ningún tratamiento psicológico, aunque aseguró que lo necesitaría.
Riesgos
La Facultad de Psicología dijo que el estudio detecta un incremento sostenido y significativo de la cantidad de personas en riesgo de padecer un trastorno psicológico o mental.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) hay un 10% de la población con riesgo de trastorno mental, lo que coincide con ser el área de mayor incidencia del coronavirus
El estudio destaca: “más de la mitad de la población no hace actividades que se consideran saludables y en la minoría que sí las realiza se observó un incremento sostenido de la práctica de yoga y meditación y una disminución también sostenida de la práctica religiosa”.
Los autores explicaron que el hecho de que más de la mitad de la población no haga actividades saludables resulta relevante para el impacto psicológico de la duración de la cuarentena.
Factores protectores
“Las conductas saludables, como hacer actividad física o practicar alguna religión) permiten tolerar la cuarentena, amortiguando su impacto en el malestar psicológico”, refiere el estudio.
Y agrega: “que una minoría de la población recurra a estos factores protectores y que este hecho se acentúe con la duración de la cuarentena son predictores de un mayor impacto psicológico negativo”.
También se observó un incremento sostenido durante los tres períodos del uso de la medicación para la relajación y el manejo de los nervios. Esto resulta preocupante, en la medida en que el estrés continuo que representa una pandemia como la actual, pueden llevar al incremento de la automedicación.
En cuanto a las alteraciones del sueño, es padecida por el 75% de los participantes en los tres períodos. “Estas alteraciones son uno de los síntomas más frecuentes tanto en los trastornos de ansiedad como en la depresión”, sostiene el reporte.