Apasionado por el fútbol y fanático de Diego Maradona, Miguel Martín lanza una de las frases maradonianas más famosas: “a mí me cortaron las piernas”. Así, aislada, parece sacada de contexto. Pero hay un historia detrás de ella. Así definió el famoso humorista el abrupto final de su breve carrera futbolística. Una experiencia fugaz, que tal vez nadie recuerde. Un momento amargo que le permitió, unos años después, disfrutar el dulce sabor del éxito a partir del talento que muestra sobre el escenario. Un talento que le faltaba cuando salía a un campo de juego pero que le permitió convertirse en ídolo de muchos ídolos del deporte que lo fueron a ver al teatro o interactúan con él por las redes sociales.
¿Te animás a hacer una nota hablando de tus experiencias y tus gustos deportivos? El desafío fue lanzado y Miguel Martín o El Oficial Gordillo, como prefiera, se entusiasma. “De una, amigo. Me encanta”. La respuesta inicial va acompañada con una aclaración necesaria. “Soy futbolero de alma. Y maradoniano de la primera hora. No me pidas hablar de tenis, basquetbol ni de la Fórmula 1. Me aburre estar tanto tiempo sentado frente al televisor. Si es muy interesante prefiero ver el resumen. A veces me entusiasmo con un documental, especialmente de figuras de otros tiempos como (Ayrton) Senna o (Juan Manuel) Fangio, a los que admiro. Alguna vez estuve ligado al voley, pero me tenían más como mascota que como jugador. El fútbol siempre fue lo mío. Veo todo. Perdí el fanatismo por el equipo que simpatizaba en mi juventud y respeto a todos por igual. Planeta Gol -se emite por TyC Sports- es uno de mis programas favoritos”, destaca.
“Me retiré definitivamente”, confiesa sobre el final de su carrera futbolística. Una lesión en el hombro que sufrió jugando un partido con otros artistas cuando realizaba una temporada en los teatros de Carlos Paz lo obligó a colgar los botines -o los guantes, en su caso, ya que con los años se transformó en arquero-. “(Nito) Artaza, (el periodista) Pablo Layús y Jeremías, el hijo de Piñón Fijo, se encargaron de sacarme de los ‘picados’ que jugábamos. Pero me quedé con el recuerdo de ser el arquero menos vencido: jugué tan pocos minutos que no pudieron hacerme un gol...”, celebra.
Miguel Martín no puede evitarlo. A cada situación vivida le pone una pizca de humor. Es como si improvisara un libreto que nunca formará parte de sus obras. Así recuerda cuando siendo joven estuvo muy cerca de debutar en la Primera de Ñuñorco. “Fui a probarme y el técnico era Jorge Salas. Me preguntó en que posición jugaba y le dije: ‘delantero: 7 o 9’. Yo quería ser como el ‘Pájaro’ Caniggia o el ‘Bati’. Al final me puso de 9 y de pronto me convertí para mis compañeros en ‘La Chancha’ Mazzoni, aquel delantero de Independiente que le dejó sin título a Gimnasia de La Plata. En realidad era una mezcla de Mazzoni y Palermo. Grandote, porque crecí hasta los tiempos de la secundaria y ahí quedé. Nada de habilidad, pero con unas ganas tremenda. Un día fuimos a jugar en la cancha de Central Norte. Perdíamos 2 a 1 y faltaba un minuto. Mario López, el capitán, tiró un córner. La pelota me pegó en la rodilla y entró. Todos me felicitaron y un dirigente de Central Norte me ofreció ir a jugar en ese club. Me sentí cotizado, importante. Sin embargo, ‘Don Pancho’ Serra me pidió que me quedara. Salas le había dicho que me iba a poner en Primera. En ese tiempo yo jugaba con carné prestado porque mi pase pertenecía a Famaillá. En la planilla figuraba como Lucas Robles. En la Liga nunca supieron que yo jugué un torneo oficial. Cuando fui a pedir el pase me lo negaron. Ahí terminó mi carrera. En ese momento me cortaron las piernas”, señala evocando nada menos que a Diego en el Mundial de Estados Unidos.
La fama del Oficial Gordillo trascendió las fronteras tucumanas y se convirtió en un personaje mediático, admirado por grandes figuras. De pronto pasó aser el ídolo de muchos ídolos. “La lista de los que fueron a verme en el teatro es larga. Ariel Ortega fue uno de los primeros. También fueron Joaquín Correa, Roberto Pereyra, Mario Bolatti, quien hizo un gol clave con la Selección para que Argentina juegue el Mundial de Sudáfrica, y Gino Peruzzi, campeón con Boca. Además, me regalaron camisetas Leonardo Ponzio, Carlitos Tevez, Pablo Hernández, Correa, Patricio Vidal y el ‘Tucu’ Salazar. Nico Sánchez me mandó una firmada por todo el plantel de Los Pumas. Las tengo a todas guardadas. Es como un museo personal”, revela.
Un “Galáctico”
Guti, ídolo de Real Madrid que formó parte de “Los Galácticos”, le mandó una camiseta “merengue” firmada y con la leyenda: “para el mejor humorista, pero el peor jugador”. ¿Cómo lo conoció? “El está casado con la hermana de Sebastián Belluscio, un gran amigo. Lo conocí cuando trabajábamos en un comercio. En esa época el famoso era él. Ya jugaba en Primera y cuando salía su foto en LA GACETA yo le decía: ‘ese es mi amigo’. Cuando se retiró se convirtió en mi productor”.
Maradona, el más grande entre los grandes
“Diego fue, es y será mi máximo ídolo”, sostiene Miguel Martín sin disimular los sentimientos que siente cuando habla de Maradona. “Lo que hizo en la cancha no lo podrá hacer ningún otro. Veo los videos del Mundial del 90 y se me pone la piel de gallina. No entiendo cómo hizo para jugar con el tobillo como lo tenía. Y lo de Napoli fue increíble. Un club humilde que destronó a los poderosos”.
Messi, un ejemplo para los más jóvenes
Pese a que se confiesa fanático de Boca, Lionel Messi genera admiración y respeto para Miguel Martín. “Vive para el fútbol y para su familia. Es un profesional notable y por eso pudo prolongar su carrera sin bajar su nivel. En estos tiempos donde están buscando el error de un famoso, nadie puede decir que le gusta la ‘joda’. Lo tomo como ejemplo. No hago giras largas para estar con mi familia”.
“Pulguita” Rodríguez es un jugador diferente
El fútbol tucumano tiene grandes futbolistas, pero hay uno que es diferente a todos, según Miguel Martín: Luis “Pulguita” Rodríguez. “Es un monstruo. Todo lo hace sencillo. No le importa si tiene que ‘picar’ un penal ante una multitud. Es como si yo improvisara un chiste en medio de una obra. Hasta los hinchas de San Martín lo reconocen. Por algo jugó en la Selección”.
Nico Sánchez juega mucho y habla poco
Nicolás Sánchez y Miguel Martín se admiran y respetan mutuamente. “Es un tipazo. Sencillo, tímido y muy educado. Cuando estuve en algunas reuniones con él demostró que es de pocas palabras. Cuesta hacerlo hablar. En la cancha es distinto. Ahí se destaca por su juego. Cuando trabajo en otras provincias y me hablan de él compruebo que es muy querido. No tiene enemigos”.