

Son cinco. Para diferenciarlas las llamaron usando las primeras letras del alfabeto. Son inflamaciones del hígado causadas por virus que se transmiten por distintas vías -según información oficial de la OMS-. Todos provocan hepatitis aguda, caracterizada por fatiga, pérdida de apetito, fiebre e ictericia. Y es importante saber que la ocasionada por un virus no inmuniza para el resto.
Las tres primeras son las más frecuentes. La A (HA) es una enfermedad aguda, esencialmente benigna, que se cura sola en la gran mayoría de los casos. En cambio, las causadas por los virus B y C (HB y HC, respectivamente) se pueden volver crónicas, causar cirrosis y derivar en un cáncer de hígado. Se calcula que en el mundo 325 millones de personas viven con alguna de estas dos. “En Argentina más de 500.000 personas viven con hepatitis B y C, y sólo un 30% tiene diagnóstico, lo que genera dos problemas graves: primero, riesgo de transmisión a otros, y segundo, riesgo de que evolucionen con daño crónico del hígado”, informa Luis Colombato, del equipo de Hepatología del Hospital Británico, de Buenos Aires.
El problema es que sólo el 10% de las personas con hepatitis B y el 19% de las que tienen de hepatitis C saben que están infectados. “Y, contra lo que la mayoría de la gente cree, HB y HC pueden permanecer sin síntomas (o con síntomas altamente inespecíficos) mucho tiempo”, explica a LA GACETA Dolores Murga, jefa de la Unidad Centinela de Hepatitis Virales de Tucumán.
La B y la C
La hepatitis B puede contraerse por contacto sexual (que es lo más frecuente) o por sangre. Es fácil de prevenir, porque hay vacuna, tanto pediátrica como para adultos (Ver “¿Las tenés...”).
“Muchas personas se infectan y eliminan el virus solos; pero si la HB se hace crónica, ya no se puede curar, y quienes viven con el virus siguen transmitiéndolo -destaca Murga-, lo cual implica cuidados, a la hora de las relaciones sexuales, semejantes a los necesarios con el VIH”. La HB puede controlarse muy bien con tratamientos antivirales, pero puede reactivarse si bajan las defensas,
Por su parte, la C evoluciona a formas crónicas en entre el 80% y el 90% de los casos. Hoy se puede curar con tratamientos muy efectivos, cortos (ocho a 12 semanas) y con muy pocos efectos adversos. “Desde no hace mucho, en nuestro país el tratamiento está garantizado para todas las personas”, agregó Murga.
Y sin embargo, informó en un comunicado la Asociación Buena Vida (red de grupos de pacientes en distintos hospitales públicos), cifras recientes del Programa Nacional de Hepatitis Virales del Ministerio de Salud de la Nación muestran solamente el 4,5% de los pacientes recorre el sistema de salud hasta que llega a curarse; el resto se queda en el camino. “Miles de personas reciben diagnóstico generalmente casual -por ejemplo, al donar sangre- pero no le dan importancia porque no duele, por miedo a enfrentar la realidad, por no saber a dónde ir o porque creen que no tiene remedio, y ocurre todo lo contrario”, reveló Rubén Cantelmi, paciente curado de HC y presidente de la Asociación Buena Vida.
Erradicación
“El objetivo mundial es lograr erradicar las hepatitis virales para 2030 -informó Daniela Pérez, miembro de la sección Hepatología de la Servicio de Gastroenterología del hospital Padilla. Pero no será posible si el 70% de las personas que las contrajeron lo ignora. Por eso, lo primero es buscar saber, porque se diagnostican con un análisis de sangre específico que no forma parte de los estudios que se solicitan en exámenes médicos regulares. “Todos deberían pedir a su médico una análisis de HA, HB y HC al menos una vez en la vida”, recomienda Pérez.
Saber es clave, porque, recordemos, tanto HB como HC son silenciosas, pero van causando daño. Pueden pasar 30 años sin que se manifiesten síntomas, y en el caso de la HB, con alto riesgo de transmitirla a otros.
“Y si los resultados dan positivo, o incluso si se conoce que se vivió una situación de riesgo de transmisión sexual de HB, pueden concurrir al hospital Padilla, a la ‘famosa sala 11’, donde funciona la Sección Hepatología, a cargo de Ana Palazzo”, informa Pérez. También Buena Vida se pone a disposición. “Si nos llaman a nuestro al 0800 220-0288 (de lunes a viernes de 10 a 18) o escriben por redes sociales, los vamos a acompañar -totalmente gratis- hasta que reciban la confirmación de la cura. Porque sabemos que surgen muchos obstáculos y estamos para ayudar a la gente a superarlos”, informa Cantelmi.
¿Las tenés a todas?: hay vacunas disponibles y gratuitas contra hepatitis a como contra hepatitis b
Contra la hepatitis A se coloca una dosis a los 12 meses, o a las personas que nacieron después de 2005; quienes nacieron antes se consideran inmnunizados. Y contra la HB, desde 2000 la reciben a todos los recién nacidos, en las primeras 12 horas de vida, y refuerzos a los 2, los 4 y los 6 meses. En los adultos se aplican tres dosis, sin necesidad de orden médica. Los intervalos pueden variar; el esquema más frecuente es la segunda dosis al mes de la primera, y a los seis meses, la tercera. Si no estás seguro de haber sido inmunizado, es muy importante que te vacunes. Y llevá el carnet.