Comportamiento animal: ¿traen los perros “brújula” interna?

Comportamiento animal: ¿traen los perros “brújula” interna?

Según investigadores checos, pueden usar el campo magnético de la Tierra para tomar atajos.

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21 Julio 2020

Sabemos que los perros tienen un sentido del increíble, y, además, una capacidad -también increíble- de aprendizaje, lo que los ha hecho desde ayudantes forenses hasta grandes compañeros de cacerías. Pero parece que no es lo único que los ayuda a ubicarse en lugares desconocidos. Un estudio, conducido por Hynek Burda, ecologista sensorial de la Universidad Checa de Ciencias de la Vida, de Praga, sugiere que pueden tener un talento adicional, una “brújula” que les permite usar el campo magnético de la Tierra para calcular rutas directos en terrenos desconocidos, según escribió para la prestigiosa revista “Science” el periodista científico Erik Stokstades.

En 2013, Burda y sus colegas mostraron que los perros tienden a ubicarse de norte a sur mientras orinan o defecan. Como ese comportamiento está involucrado en marcar y reconocer el territorio, pensaron que la alineación los ayudaba a determinar su ubicación en relación con otros puntos.

En el nuevo estudio, Katerina Benediktová, del equipo de Burda, colocó cámaras y rastreadores GPS en cuatro perros y los llevó de excursión al bosque: persiguieron el olor de un animal durante 400 metros. Las pistas de GPS mostraron dos tipos de comportamiento durante el regreso a su ama: de seguimiento (volvían por su ruta original, presumiblemente siguiendo el mismo aroma) o de exploración (volvían por una ruta completamente nueva, sin retroceder).

Benediktová mostró los datos a Burda -cuenta Stokstades- y este notó un dato curioso: en medio de una carrera de exploración, los perros solían detenerse y correr unos 20 metros a lo largo de un eje norte-sur antes de comenzar el regreso.

Esos recorridos parecían una alineación a lo largo del campo magnético, pero Benediktová no tenía suficientes datos para estar segura, de modo que ampliaron el proyecto: soltaron 27 perros en varios cientos de viajes durante tres años, y observaron 223 carreras de exploración. En 170 de ellas, los perros se detuvieron antes de regresar para “la extraña carrera corta”, y tendieron a usar una ruta más directa.

“Es el primer hallazgo de este tipo en perros”, afirmó Catherine Lohmann, bióloga de la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, que estudia “magnetorecepción” y navegación en tortugas.

Controles

El equipo trató de evitar otras pistas de navegación: llevaron los perros a zonas del bosque desconocidas; el amo salió del alance para que no lo rastrearan, y el olor tampoco pareció jugar un papel, porque el viento rara vez soplaba a favor. Burda cree que la conducta de los perros busca descubrir en qué dirección se encuentran. Y Lohmann concluir que los perros pueden recordar su rumbo anterior y usar la brújula magnética para descubrir la ruta más directa a casa. “Estoy intrigada”, dice.

Burda y Benediktová están preparando nuevas pruebas: colocarán imanes en los collares de los perros para perturbar el campo magnético local y ver si esto dificulta su capacidad de navegación. La idea se remonta a un controvertido experimento publicado en 1980 en Science , en el que los imanes atrapados en los ojos vendados parecían alterar un sentido de referencia magnético intuitivo en los humanos.

Adam Miklósi, que se especializa en comportamiento canino en la Universidad Eötvös Loránd, reconoce que, aunque se ha estudiado poco, no debería sorprender que los perros pueden usar el campo magnético para navegar. “Parece ser una habilidad antigua, y podría estar presente en cualquier mamífero que atraviese grandes territorios”, dijo. Queda mucho y muy interesante por investigar.

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