Los antecedentes certifican que Facundo Maggio sería el juez predilecto del gobernador Juan Manzur. El mandatario se jugó por Maggio como por nadie: acaba de mandar por tercera vez su pliego a la Legislatura. El primer intento de 2017 cayó por las críticas de las organizaciones de derechos humanos -cuestionaron que el abogado haya defendido a acusados de delitos de lesa humanidad-: a ellas se sumaron los que objetaron su condición de sobrino político del jefe de los fiscales, Edmundo Jiménez, y su participación profesional en la causa “Teves”, proceso que, según el Colegio de Abogados de la Capital, “expresaría el patrón de uso extorsivo del fuero penal”. Al año siguiente, Manzur dejó de lado los peros y logró la designación de Maggio como juez penal Nº2. Este nuevo ascenso importa una carrera despampanante y supersónica en el Poder Judicial de “Trucumán”. Maggio pasará a ser vocal del estratégico Tribunal de Impugnación de la capital después de una estancia fugaz en el Juzgado Nº2 en la que dictó un fallo emblemático a favor de los que mandan: el 5 de julio de 2019, sobreseyó a los legisladores, al gobernador, al senador José Alperovich y a los restantes funcionarios públicos involucrados en la causa de las llamadas valijas legislativas.
El pronunciamiento -confirmado por Eudoro Albo- permitió el cierre del proceso que tocaba los cables de alta tensión del financiamiento espurio de la política. El sobreseimiento aconteció sin que las autoridades actuales se vieran obligadas a presentar los recibos de los supuestos gastos sociales correspondientes a U$S 46 millones, según la cotización de la divisa en 2015. Sorprendentemente, el fiscal Claudio Bonari confesó que el Poder Legislativo a cargo del vicegobernador Osvaldo Jaldo se había negado a entregar los comprobantes. La sombra de este caso controvertido se proyecta sobre Maggio y el conflictuado Bonari. Uno de los denunciantes de las valijas, Oscar López, que había impugnado extemporáneamente al juez en el Consejo Asesor de la Magistratura (CAM), pidió este viernes a la Justicia que investigue a los que debían investigar las irregularidades detectadas con los gastos sociales. El mismo día trascendió que Manzur había requerido otro acuerdo para Maggio. Al igual que en 2017 y 2018, ese pliego expondrá los intereses que entraña la cobertura de una vacante en la esfera que, entre otras incumbencias, maneja las acusaciones de hechos de corrupción.
Una parte significativa de los funcionarios que deben intervenir en esta promoción de Maggio fueron beneficiados directa o indirectamente -mediante familiares- por la declaración masiva de inocencias que aquel emitió, que incluye hasta la de su primo político Reinaldo Jiménez, ex parlamentario y secretario de la administración de Manzur. La lista empieza por el propio mandatario, y prosigue con los legisladores Roque Álvarez, Sara Alperovich, Gerónimo Vargas Aignasse, Regino Amado, Carlos Assán, Ricardo Bussi, Daniel Alberto Herrera, Zacarías Khoder, Dante Loza, Adriana Najar, Juan Enrique Orellana, Sandra Mendoza, Juan Antonio Ruiz Olivares, entre otros. Esta circunstancia por demás incómoda, que atañe al oficialismo, pero también a algunos espacios de la oposición, exhibe la indivisión de poderes que rige en la provincia: a lo mejor por ello los legisladores José María Canelada (UCR) y Federico Masso (Libres del Sur) se apuraron por diferenciarse. El primero extendió a Maggio el mote de “Oyarbide tucumano” que el diputado José Cano y la senadora Silvia Elías de Pérez (Juntos por el Cambio) habían dado al juez Juan Francisco Pisa. “El ministro público fiscal Jiménez sigue consolidando su poder familiar en una Justicia ciega a los reclamos de la sociedad”, dijo Canelada. En la misma línea, Masso recordó que a comienzos de este mes Manzur había oficializado el nombramiento de una hija de Jiménez, Ana Lucía Jiménez, en la Unidad Ejecutora Provincial a cargo de Franco Morelli, hijo del legislador oficialista Osvaldo Morelli. “Esto va a contramano de la necesidad de tener un Poder Judicial confiable”, advirtió Masso.
En el oficialismo se encogen de hombros y apuntan que Maggio es un concursante sobresaliente, con numerosas ternas en su trayectoria, incluso para cargos de la Justicia Federal. La capacidad del postulante quedó a la vista en los siete concursos que el CAM sustanció en simultáneo para el Tribunal de Impugnación, donde el desempeño de Maggio sólo fue superado por el del camarista Carlos Caramuti, miembro de uno de los pocos estrados locales que condenó a funcionarios por delitos cometidos en el ejercicio de sus cargos. En un movimiento astuto, Manzur escogió los pliegos de ambos al mismo tiempo: desestimar a Caramuti le habría generado un frente de batalla estresado por el hecho de que la vocal suprema Eleonora Rodríguez Campos, ex fiscala de Estado de este Gobierno, sobrina carnal de Jiménez y cuñada de Maggio, preside el órgano encargado de evaluar a los aspirantes a juez. El mérito intelectual de Maggio no está en duda, como tampoco que el paso por el Consejo de la Magistratura no garantiza las condiciones de independencia. Tampoco es cierto que el rendimiento destacado asegure la designación, como acreditan los casos de los concursantes excluidos en el pasado, entre ellos Agustín Puppio y Carlos Díaz Lannes, quienes asimismo pretenden integrar el Tribunal de Impugnación.
Hay que seguir con atención la composición del cuerpo de nueve miembros que controlará las decisiones de los jueces penales de la capital, y que sustituirá y potenciará a la antigua Cámara de Apelaciones. Ese estrado fue “la primera reforma judicial” que impulsó Edmundo Jiménez como ministro de Gobierno de Alperovich: aquel tribunal en vías de extinción concentró las facultades para voltear y resucitar todas las pesquisas de la provincia. Elva Graciela Jiménez, hermana del entonces ministro, madre de Rodríguez Campos y suegra de Maggio, formó parte de su integración originaria de tres jueces. Dice un príncipe del foro que, al lado de aquella estructura archipoderosa, este nombramiento con connotaciones familiares queda pequeño. También dice: “¡feliz Día del Amiguismo!”.