Los newsletters culturales tienen el encanto del intercambio epistolar

Los newsletters culturales tienen el encanto del intercambio epistolar

Editores comparten sus experiencias y el vínculo que fueron creando con sus suscriptores. Un nuevo modo de consumir información.

TENDENCIA. La modalidad de los newsletters facilita la respuesta o el comentario de parte de quién lo recibe, y así se fomenta el intercambio. TENDENCIA. La modalidad de los newsletters facilita la respuesta o el comentario de parte de quién lo recibe, y así se fomenta el intercambio.
20 Julio 2020

Malena Rey, Marina Mariasch, Florencia Ure, Manuel Álvarez, Natalia Gélos, Tomás Guarna y María Gerzovich llevan adelante newsletters culturales con perfiles muy diversos, pero en los que el vínculo con los lectores es parte central del armado de los textos, dado que en muchos casos retoman los comentarios, observaciones o inquietudes sobre los textos enviados la semana o el mes anterior.

Para Rey, el ida y vuelta con los lectores es bien directo y lo atribuye al encanto de lo epistolar, porque explica que la llegada del newsletter a la casilla de correo “facilita mucho la respuesta o el comentario, que es privado y no público, como en los foros o las redes, y eso genera una sensación de intimidad”.

Ure cuenta que en Sie7e Párrafos “hay muchos suscriptos así que el intercambio es de lo más diverso, desde madres que le preguntan, a partir de una columna sobre Harry Potter, con qué libro pueden seguir sus hijos hasta lectores de Ken Follet”.

“Es un autor que yo no elegiría leer nunca y sin embargo ahí hay un fan de él leyendo mi newsletter encantado. Es misterioso cómo se dan los encuentros. No siempre son lineales: si me gusta Borges, me siguen los amantes de Borges. Es más sofisticado y eso es lo divertido, siempre es una sorpresa”, reflexiona.

“Efecto de cercanía”

En esa línea, Rey cuenta que le escribieron lectores desconocidos contándole historias personales sobre los temas en cuestión, cosa que no le sucedió en otros medios y formatos.

“Me parece que el newsletter, al tener un destinatario concreto y al ser por suscripción, genera un efecto de cercanía que una reseña nunca consigue. Se supone que si lo recibís es porque te interesa leer sobre eso. Y a la persona que lo escribe le interesa tener un enfoque propio sobre ese tema. Entonces la relación entre contenidos y destinatarios es mucho más genuina y sincera”, considera la periodista y editora.

Mariasch, autora de libros como “Estamos unidas” o “El matrimonio”, explica que en el mail de Latfem recibe las sugerencias y comentarios sobre el newsletter o lo que allí se encarga de deslizar y usa este término porque sostiene que le interesa exponer fragmentos o enigmas para que se genere el intercambio.

“Sin limitaciones”

Por su parte Gelós, de “Noticias de lo natural”, aclara que en todo momento amigos y seguidores le mandan noticias de animales, fotos, textos en los que se habla de lo natural, que ella guarda, clasifica, reúne, y en algún momento, cuando cuaja, aparecen.

“Creo que el newsletter es un espacio en el que se puede hacer lo que se quiere sin limitaciones, sin fórceps, y se arma un micromundo que será grande o no pero que reúne a quienes comparten esa mirada. En momentos donde el periodismo tiene menos espacio para notas o textos que no entran en ciertos parámetros, ciertas métricas y demás, el newsletter abre la puerta para intentar algo más libre al menos algo”, explica la periodista.

Para Álvarez, a cargo de “Un día en la vida”, se trata de “una conversación abierta, que tiene el formato cercano del mail y permite el intercambio” y en su caso a la mayoría de los lectores no los conoce o no los conocía porque ahora considera que “con el newsletter se inició un diálogo, que puede ser a través del mismo mail o de las redes”.

“En cierto sentido, supongo que hay un hilo que lo une al blog, a un momento del blog en donde el escritor planteaba un tema, daba su opinión, tiene ese tono, pero el intercambio ahí era más arcaico, menos directo. Acá es hablar de temas que a los interlocutores les apasiona, y esto corre para el que escribe como para el que lee. Se genera una red, un vínculo a partir de esos temas que, como diría Hornby, son los temas importantes: libros, canciones, películas. Creo que el formato newsletter viene a ser como un folletín digital, yo lo pienso así, un folletín por entregas, por capítulos, de este tiempo”, analiza.

Compartir la info

Rey también traza semejanzas con el formato del blog, ya que señala que el newsletter “implica darle continuidad a una firma, una voz” y considera que “en muchos de ellos hay algo que trajeron los blogs: una escritura en una primera persona cercana que pueda dar cuenta de cómo la afectan las cosas sin ser demasiado exhibicionista, poniendo un toque personal en cada nueva entrega”.

Gerzovich cuenta que, con su socio Tomás Guarna, decidieron “abrir el newsletter a colaboradores que compartan sus descubrimientos de cuarentena” y así apareció al figura del curador invitado, lo que implicó que actualmente muchos les respondieran los mails “compartiendo data de sus propios eventos virtuales, pero también compartiendo info valiosa que encontraron en la semana”.

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