El frío golpeó, pero aún no dejó daños de importancia

El frío golpeó, pero aún no dejó daños de importancia

La Eeaoc hizo un informe sobre cómo las heladas afectaron la zona cañera.

EN DETALLE. El gráfico muestra los distintos grados de las heladas, por zonas. EN DETALLE. El gráfico muestra los distintos grados de las heladas, por zonas.
18 Julio 2020

Desde la sección Agronomía de la Caña de Azúcar de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), Eduardo Romero y Patricia Digonzelli presentaron un informe sobre las heladas ocurridas en Tucumán, y brindaron recomendaciones técnicas para los productores cañeros.

“En lo que va del mes se destaca la ocurrencia de heladas meteorológicas -temperatura del aire menor o igual a 0º C, medida en abrigo meteorológico a 1,5 m-. Esperemos que no continúen, porque los efectos de estas son acumulativos y los daños se acentúan con la ocurrencia de heladas sucesivas”, dijeron.

Este informe fue elaborado con la información referente a heladas meteorológicas, disponible en la página web de la sección Agrometeorología de la institución, https://agromet.eeaoc.gob.ar/.

El informe señala que en la región pedemontana y en el noreste del área cañera, las heladas se dieron en general, de manera suave (entre -0,3ºC y -1,7ºC) y de corta duración (de dos horas y media a nueve horas). En el resto del área cañera alcanzaron registros globalmente moderados (entre -2,0ºC y -3,0ºC). En algunas localidades del centro y del sur del este tucumano, dentro del rango citado de temperaturas, se registraron duraciones mayores a las 20 horas. En cuanto a la frecuencia de las heladas, la dominante en el sector pedemontano fue de una a cuatro. Esta frecuencia se incrementó notoriamente en el área de llanura, con una menor frecuencia en el noreste. En cambio en el este, especialmente en la zona centro y sur, se registraron entre cinco y ocho heladas de intensidades variables (-1,5 a -3ºC) y de duraciones acumulativas que a veces superaron las 20 horas -en Simoca, en Ingas, en Los quemados y en Monte Toro-.

“Los cañaverales tucumanos se vieron afectados de diversa manera, pero sin que se evidencien aún daños de importancia, ya que, como señalamos previamente, la intensidad fluctuó de suave a moderada, y sólo en algunos casos se registraron duraciones de importancia, pero con niveles máximos de -2,8ºC”, señala el documento.

El principal efecto adverso de este nivel de heladas radica en que se paraliza la acumulación de azúcar; es decir, se corta la maduración al estar el follaje dañado; y el Pol% alcanzado antes de las heladas, será su valor máximo. Sin embargo, sería muy prematuro aún proyectar porcentajes de daño o de pérdidas de materia prima y de azúcar. Incluso, de no repetirse estos eventos en los próximos días y con decisiones rápidas y adecuadas, las pérdidas podrían ser de mínimo impacto.

Sugerencias

Resulta importante efectuar algunas recomendaciones generales para mantener la calidad fabril de los cañaverales y para minimizar las pérdidas derivadas de las heladas. Entre estas se destacan las siguientes:

1.- En primer lugar, conviene tener en cuenta que, considerando el rango general más adverso de las heladas registradas hasta el momento -moderadas a ligeramente severas- y de no registrarse nuevos eventos que generen niveles severos o muy severos de daño, las pérdidas por deterioro suelen recién acelerarse a partir de mediados de agosto, en coincidencia con el aumento de las temperaturas y de las lluvias. Por lo que se contaría con alrededor de un mes para tratar de cosechar los cañaverales de mayor riesgo de pérdidas.

2.- Por este motivo es importante efectuar un buen recorrido de los lotes, revisando su estado a fin de establecer niveles de daño y de definir un orden de riesgo que oriente el reordenamiento de la cosecha. Con esta información, se debería reordenar el programa de cosecha, priorizando el este del área cañera. En especial, el centro y el sur de esta zona, en las que se registraron las mayores duraciones, dentro de un efecto general de heladas moderadas. En este contexto convendría cosechar primero los lotes que registraron las heladas más severas y dar prioridad a los cañaverales con crecimiento más pobre, ya que son los más expuestos a las heladas. Asimismo, prever la cosecha de las variedades y/o de los cañaverales más sensibles a las heladas, de aquellos que muestren una maduración más retrasada y/o daños evidentes.

Un objetivo importante sería finalizar la cosecha de estos lotes en el menor tiempo posible, para evitar el deterioro de los jugos que se incrementará con el paso del tiempo.

Otro aspecto de interés será dar preferencia a la “caña planta”, porque en general estas suelen mostrar un mayor retraso madurativo; y de quedar retrasada su cosecha, tendrían un riesgo mayor de deterioro. También resultará conveniente revisar los daños en los entrenudos apicales, a fin de ajustar la altura de despuntado de acuerdo al grado de afectación de las heladas, ya que resulta clave eliminar las porciones del tallo dañadas por el frío y no enviarlas a la industria.

Controlar la ansiedad

Otra cuestión de importancia será no dejarse llevar por la ansiedad, y respetar el programa de asignación diaria del ingenio, cosechando sólo la caña asignada para la molienda. De esa manera se evitará un mayor deterioro por estacionamiento, porque la caña en pie se deteriora menos que la cortada.

Resulta fundamental tomar todas las precauciones, en todos los niveles de organización -cañeros, ingenios, Municipalidades, vialidad, etcétera-, a fin de evitar las quemas de cañaverales que, sin dudas en estas condiciones, serán causa de grandes pérdidas para la actividad, como así también generadoras de problemas ambientales y sociales.

Por último, los especialistas de la Eeaoc recomendaron tener un especial cuidado con el estado de los lotes semilleros. “Se debe efectuar un control muy meticuloso de la condición de las yemas, para definir su utilización y manejo en la plantación”, puntualizaron.

El programa Caña de Azúcar de la Eeaoc está disponible para recibir las consultas necesarias, y para realizar evaluaciones de los daños en la calidad fabril que serán oportunamente difundidos.

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