Una Organización no Gubernamental (ONG) de India dirigida por un académico islámico gestionó la autorización religiosa para poder sepultar en ataúdes a muertos por coronavirus que profesaban ese culto.
India es el tercer país con mayor cantidad de casos de covid-19 en el mundo, con más de 767.000, y el octavo con mayor número de decesos por la enfermedad, con más de 21.000.
"Vi a una mujer, hermana de un amigo, a la que bajaban a una tuba tan irrespetuosamente que parecía un sacrilegio; el cuerpo estaba atado con cuerdas y una excavadora hizo un pozo y la arrojaron dentro. Fue muy humillante", contó Aijaz-ur-Rahman Qasmi, quien dirige la ONG Organización Mundial de la Paz.
A partir de esa experiencia, la entidad comenzó a fabricar ataúdes, que distribuye a precios bajos o directamente sin cargo.
Para poder llevar adelante su idea, Qasmi debió gestionar una fatwa (decreto religioso), que autorizara que los fallecidos por covid-19 pudieran ser sepultados en féretros como medida excepcional, pues, de acuerdo al Islam, los muertos deben ser enterrados amortajados después de un baño ritual.
Qasmi argumentó que el ataúd es aceptable en circunstancias especiales como guerras y desastres naturales y, en este caso, la mejor manera de garantizar entierros decentes, pues tocar los cuerpos para realizar los ritos tradicionales ofrece el riesgo de contagio de coronavirus.
Qasmi contrató a un carpintero para bajar de U$S 57 a U$S 36 el costo de cada féretro y poder distribuirlos sin cargo o a cambio de aportes voluntarios de entre U$S 7 y U$S 14. (Télam)