Por Sebastián Rosso
05 Julio 2020
Como en cada visita presidencial, y más tratándose de los 150 años de la Declaración de la Independencia, la cobertura del 9 de julio de 1966 puso en movimiento toda la maquinaria humana de LA GACETA. Los fotógrafos habían coordinado su tarea, tenían los rollos listos y las horas contadas para entregar el material: aeropuerto, reuniones, Casa de Gobierno, Te Deum, Casa Histórica, desfile, aeropuerto de nuevo. Una jornada de esta envergadura debía quedar registrada al detalle.
Al atardecer, cuando Onganía ya se sacaba las botas en Buenos Aires, LA GACETA preparaba la publicación contrarreloj. Con la tarea concluida, antes de apagar la luz, el último fotógrafo metió los negativos en unos sobres blancos y los guardó en un armario.
Pasaron 54 años y, en medio de una cuarentena extraordinaria, aquellos negativos se desempolvaron. De entre miles de sobres y millares de negativos apareció “La Morsa” Onganía sacándose los guantes. El fotógrafo, que hoy trabaja en el Archivo, con la dedicación y respeto que se merecen los antiguos colegas, limpió, estabilizó y digitalizó con mucho cuidado cerca de 150 fotos que sobrevivieron. Helas aquí.
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