“Los $ 30.000 millones de inversión para los próximos cuatro años en Tucumán anunciados por el ministro Gabriel Katopodis son muy pocos frente a la inversión de casi U$S 670 millones realizados por la gestión de Mauricio Macri en la provincia entre 2016-2019”. Así lo expresó el legislador José Ricardo Ascárate, ex subsecretario de Infraestructura de la Nación, quien precisó que al valor actual del dólar los recursos destinados al gobierno de Juan Manzur equivalen a U$S 410 millones. “Se llegó a afirmar que con ello la provincia volvía a estar en la consideración nacional frente a lo ‘sufrido’ durante la gestión de Cambiemos, nada más alejado de la realidad”, acotó el parlamentario sosteniéndose en la comparaciones en dólares.
Según Ascárate, “el problema tucumano no es cuánto invierte el Estado nacional en la provincia, sino la falta de inversión propia, la inexistencia de planificación y la incapacidad de trabajar en con partidas provinciales para lograr la ejecución de las grandes obras que se necesitan y que en los últimos año se hicieron en otras provincias del NOA”.
Al respecto indica que la inversión total propia en infraestructura en 2019 no alcanzó los $ 3.000 millones y para 2020 no superará los $ 5.000 millones en un presupuesto de más de $ 160.000 millones. “Por más que la Nación multiplique sus inversiones -prosiguió-, seguiremos siendo una provincia que atrasa y que ni siquiera puede mantener lo que anteriores gobiernos hicieron; pues el 80% de sus recursos se destinan al pago de sueldos y gastos corrientes”.
“Mucho más lejos estamos de un gobierno como el de Celestino Gelsi, que prescindiendo de la ayuda nacional llegó a construir y financiar con empréstitos provinciales las obras de infraestructura más grandes que se ejecutaron: el dique el Cadillal, los hospitales de Maternidad y de Niños, el Centro de Salud, cientos de kilómetros de rutas provinciales pavimentadas, etc”, mencionó.
Finalmente, el legislador apuntó que en la administración de Gelsi el gasto corriente no superaba el 40% del Presupuesto, y la inversión en infraestructura y equipamiento era mayor que la planilla de sueldos de empleados públicos, “leve diferencia cuando se trata de tomar patrones de comparación en gobiernos que nunca serán comparables”.