Oportunidad de aplicar lo aprendido contra el dengue

Los recursos del Estado en sus diferentes niveles están abocados a la prevención del coronavirus covid-19, que en Tucumán ya se ha cobrado cinco muertes. Desde lo epidemiológico, las autoridades han destacado que, mientras la provincia continúe sin circulación comunitaria de la enfermedad, se podrá avanzar con la progresiva flexibilización de actividades comerciales, sociales, deportivas e incluso, de no producirse el denominado “pico”, se podría pensar en la vuelta a clases. Según los informes oficiales, tanto la media decena de decesos como los más de 50 afectados por el virus se contagiaron fuera del territorio tucumano (o tuvieron contacto estrecho con algún paciente “foráneo”). Las cifras registradas en otros lugares del país, como Ciudad y Provincia de Buenos Aires, dan cuenta de que los esfuerzos adoptados por tratar de evitar el ingreso del coronavirus están justificados. El hecho de que se trate de un nuevo virus, sin vacuna, medicación específica ni perspectivas ciertas sobre su evolución en el mundo, es un tema que preocupa a los expertos.

Al contrario de lo que sucede con el coronavirus, con el dengue -la otra enfermedad que tuvo en vilo la salud de los tucumanos este 2020- hubo tiempo para tomar nota sobre sus causas y consecuencias. El impacto de la enfermedad que transmite el mosquito aedes aegypti ha tenido hasta el momento en esta provincia -al menos desde lo estadístico- una gravedad similar a la de la covid-19.

Con cinco muertes y unos 6.200 contagios, el dengue ha registrado un impacto sin precedentes en Tucumán. La gravedad de la situación sanitaria ha quedado reflejada en un importante número de publicaciones de LA GACETA, en las que se describió la evolución de la epidemia en lo que va del año. En los archivos de este diario, en comunicados oficiales y en las campañas de difusión del gobierno constan incontables recomendaciones de especialistas del sistema público de Salud y del sector privado para atacar el mosquito y prevenir el dengue. Se ha debatido sobre la importancia de la fumigación -incluso se han divulgado investigaciones científicas al respecto- y se ha coincidido en la necesidad de descacharrar y de evitar la acumulación de agua, entre otras medidas para combatir el insecto.

Incluso, legisladores propiciaron la sanción de una iniciativa destinada a declarar dos días para la fumigación masiva y obligatoria en toda la provincia. La propuesta finalmente no tuvo efectos en la realidad, puesto que la actividad estaba prevista para los últimos días de mayo.

En distintas notas periodísticas, los expertos han advertido sobre la alta capacidad de adaptación del aedes aegypti, al punto de que sus larvas sobreviven a las bajas temperaturas invernales y permiten que el mosquito prolifere cuando llega el calor del verano. De todos modos, los propios especialistas han aclarado que el momento oportuno para atacar al insecto es precisamente en la época de frío.

Quedan algunos meses por delante. Todavía hay margen para organizar y llevar adelante campañas y actividades que eviten una nueva epidemia estival en Tucumán. Es responsabilidad de la clase dirigente coordinar las acciones del Estado, pero también es un deber ciudadano cumplir con las pautas que brinden los expertos en la materia para prevenir enfermedades y muertes por dengue.