¿Queremos volver atrás?
ASÍ SÍ. Una mujer corre con el barbijo en el cuello. No debe usárselo para correr pero sí para trasladarse. ASÍ SÍ. Una mujer corre con el barbijo en el cuello. No debe usárselo para correr pero sí para trasladarse.

Con la habilitación de la actividad física en todas sus formas, los practicantes lograron respirar después de meses de intentar ingeniárselas para mantener el ritmo. Si bien los aficionados lograron encontrarle una vuelta, el problema lo tenían los profesionales y amateurs que se vieron limitados en recursos para desarrollar los entrenamientos de la mejor manera.

El OK del Gobierno llegó después de varios pedidos de distintos grupos de deportistas, que reclamaron el retorno de la actividad, y de trabajadores de las disciplinas que se estaban “ahogando económicamente”. El esfuerzo fue mucho por parte de cada uno de los interesados y hacía pensar que, de habilitarse, las condiciones se respetarían a rajatabla, pero “con el diario del lunes” se puede decir que no fue así.

Las recomendaciones fueron claras: llevar un kit de higiene personal, hacer actividad física de forma individual, que sea al aire libre y cerca del hogar. La ansiedad traicionó al paciente y salieron todos juntos a distenderse. Grupos de bikers que no pudieron pedalear durante la cuarentena, amigas que quieren bajar los kilitos que subieron durante el aislamiento y de paso aprovechan para ponerse al día o los que sólo se pusieron las zapatillas como una excusa para encontrarse con alguien en la plaza a charlar. La imagen se repitió en los puntos más elegidos por los tucumanos, como los cerros, los parques y la avenida Perón.

Más allá del profesionalismo, el deporte representa una distracción, un cable a tierra, un momento para pensar sólo en uno mismo. El deporte es necesario y vital. Ahora, la pandemia puso sobre nosotros una nube negra que nos persigue, que nos obliga a renunciar a ciertos placeres o a limitarlos de alguna forma. La pandemia nos sacó de golpe muchas cosas y una vez que las recuperamos, nadie quiere volver atrás.

Fue mucho esfuerzo hasta que se volvió a permitir la actividad al aire libre. ¿Qué sentido tiene tirarlo y hacer lo que uno quiere? Es momento de recordar que lo que hacemos afecta a los demás, sobre todo en la situación que atravesamos. Si las prohibiciones, el encierro y la cantidad de víctimas aún no nos enseñaron eso, ¿qué más tiene que pasar?

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