Al margen del impacto propio de cualquier pandemia, la época del año en que llegó a Argentina resultó un agravante. Marzo es el mes en el que muchas actividades se reactivan luego del receso de verano, por lo que algunas se vieron suspendidas por la cuarentena incluso antes de empezar. El rugby es una de ellas. Y aunque todos los clubes se vieron afectados por los efectos de la inactividad, los más perjudicados son los “de abajo”, los de Desarrollo y sobre todo los de rugby emergente, que cuentan con menos recursos económicos y humanos que los de Primera.
Es el caso de Cobras, el club con el que la ovalada se instaló en Banda del Río Salí hace ya un par de años. Un proyecto humilde, al que no le sobra nada y le faltan muchas cosas, pero que lucha día a día por continuar brindando contención a chicos y chicas de la zona sin el cobro de una cuota. “La pandemia nos tomó cuando estábamos haciendo pretemporada. Habíamos jugado un par de amistosos con San Martín y Frankycia XV, estábamos agarrando ritmo y se tuvo que parar todo. Pero yo creo que después de esta pausa querrán volver chicos que por diferentes motivos se habían ido. Ojalá termine siendo beneficioso”, trata de ver el lado positivo Marcelo Romano, entrenador de forwards y uno de los que le pone el cuerpo al desafío de sostener a Cobras.
“Ya es complicado de por sí ser un club emergente, porque tenemos competencia más esporádica que los equipos de Primera y los partidos por lo general son más lejos. Pero los chicos están interesados, preguntan cuándo vamos a volver. En este tiempo hemos tratado de mantenernos en contacto con ellos a través de audios o videos, o haciendo algunas clases por Zoom. Es difícil saber cuántos seremos al volver, porque son ya 90 días de alejamiento, pero notamos que muchos están esperando el momento de regresar”, destaca Orlando Brandán, entrenador de tres cuartos.
Si bien desde el lunes fue habilitada por el COE la actividad física al aire libre en los deportes colectivos, en Cobras han decidido esperar un poco más. “En principio lo haríamos en dos semanas, y respetando las indicaciones. Pero todo dependerá de que no se produzcan contagios. No queremos exponer a los chicos”, explica Orlando, quien junto a Marcelo cumple roles múltiples porque hay mucho que hacer y pocas manos disponibles. Por eso, cualquier ayuda vale. “Nos vendría bien que quien quiera dar una mano se acerque a ayudar. Por ejemplo, no estamos pudiendo entrenar infantiles por ahora. Y también necesitamos elementos. Contamos con algunas pocas cosas que se consiguieron, que compramos haciendo alguna rifa o poniendo del bolsillo”, cuenta Marcelo.
El otro gran objetivo es obtener la personería jurídica para poder competir como club de Desarrollo. El año pasado lo hicieron en una suerte de acuerdo de beneficio mutuo con Lomas Marcos Paz. “Ellos necesitaban una intermedia para competir, así que nosotros aportamos nuestro plantel superior para eso. También jugaron juveniles nuestros para ellos. Pedimos permiso a la Unión para que pudieran inscribirse y jugar con Lomas, aunque siendo de Cobras, para que si logramos tener los papeles puedan volver con nosotros sin tener que pagar un pase, ya que son muy costosos y este es un club con chicos de bajos recursos”, remarca Romano.
Actividades
En principio, Cobras volverá a los entrenamientos dentro de dos semanas, con un límite de 10 personas y 50 minutos por turno. Las prácticas serán martes, miércoles y viernes. Si bien todavía no hay definiciones respecto de la competencia, creen que no será antes de septiembre.