Cuando la cuarentena todavía era una palabra que escuchábamos en otros idiomas y se practicaba en otros países, el fútbol argentino decidió suspender todas sus actividades por precaución. Los jugadores, cuya gran mayoría se desempeña en ciudades diferentes a las que nacieron, partieron rápidamente a sus lugares de origen. Claro, pensaban que sería un intervalo de 15 días. De hecho, el comunicado del Ministerio de Deportes lo había estipulado así. Pero la cuarentena sería dictada apenas unos días después en Argentina, pasaría lo que sucedió en buena parte del planeta y el intervalo futbolístico ya lleva casi tres meses. Ahora, a medida que se van flexibilizando algunas medidas, aquellos jugadores que se habían marchado empiezan a emprender el regreso al lugar donde están sus clubes.
Atlético no es la excepción a esta regla y, más allá de que el plantel está licenciado hasta el 1 de julio, algunos jugadores ya están en Tucumán. Es el caso de Leonardo Heredia. El volante que convirtió el último gol de Atlético en copas internacionales hasta la suspensión de todo (el 1-0 a Independiente Medellín), se fue a Buenos Aires, como varios de sus compañeros, cuando se suspendió el fútbol. Allí nació, allí tiene a su familia y allí pasó la cuarentena. Al menos hasta que decidió volver a Tucumán, donde tiene la gran mayoría de sus pertenencias. Heredia viajó por tierra (los vuelos nacionales aún siguen sin operar) a nuestra provincia, donde ya no rige el aislamiento, sino el distanciamiento. Sin embargo, al venir del epicentro máximo de contagio en el país tuvo que someterse nuevamente a una cuarentena. “Pupa” está viviendo solo y aislado en la habitación un hotel, como les pasa a todos los “repatriados” que recién llegan a la provincia.
Heredia recibe comida cuatro veces al día, mediando el protocolo que rige para este tipo de casos y permanece aislado sin salir de la habitación. Todo eso se extenderá por 14 días (tal como lo dice el protocolo) hasta que se despejen dudas sobre si tiene o no covid-19. Ayer publicó una foto de él tomando mates, una de las actividades de las que se hizo muy amigo en esta época de aislamiento que le toca vivir.
El caso invita a pensar cómo será el regreso del resto de los jugadores y el cuerpo técnico “decano” que vengan de Buenos Aires. Son varios (en realidad la mayoría) los que están en esa situación y deberán tomar los recaudos necesarios. Sobre todo si tienen que volver a los entrenamientos el 1 de julio porque difícilmente puedan hacerlo desde un hotel. Calcular ese tiempo “en cuarentena” o decidir quedarse en Buenos Aires serán las opciones para los “decanos” allí.