Guanacos y vizcachas vuelven a la Quebrada del Condorito

Guanacos y vizcachas vuelven a la Quebrada del Condorito

Avanza el proceso de resilvestramiento en ese parque, un área protegida de las sierras de Córdoba.

DE REGRESO. Los guanacos vuelven a formar parte del paisaje natural. DE REGRESO. Los guanacos vuelven a formar parte del paisaje natural.
08 Junio 2020

El resilvestramiento de espacios dañados por la acción humana comienza a ganar espacio en los debates por el ambiente, pero en la Argentina la Administración de Parques Nacionales (APN) hace más de 20 años que trabaja con especies extintas en distintos territorios.

El proceso conocido internacionalmente como “rewilding” por su término en inglés implica tareas de conservación y de restauración en espacios ruralizados con el fin de que recuperen su estado silvestre original y como objetivo de máxima el retorno de grandes predadores como el yaguareté, totalmente extinto, y el puma, una especie actualmente perseguida y en peligro.

Transición

“Desde sus inicios el área protegida se propuso el resilvestramiento del paisaje, ya que los ambientes en los que se había creado el Parque estaban totalmente ruralizados desde hacía un par de siglos. Esta idea implicaba varios interrogantes e incertidumbres porque no se sabía del todo bien cómo era previamente al período hispánico y, además, en términos ecológicos, se trataba de un ambiente único con muchas particularidades biogeográficas y un funcionamiento ecosistémico singular”, destacó Germán Jaacks, intendente del Parque Nacional Quebrada del Condorito en diálogo con Télam.

Estrechamente vinculado con la tarea de resilvestrar agregó que el ecosistema presentaba componentes modificados, tales como especies animales extintas o un régimen de escurrimiento hídrico alterado por el sobrepastoreo ganadero. “Se inició entonces un proceso cauteloso de acciones y aprendizajes para el manejo del área hacia la transición deseada”, indicó.

Recuperación

En la tarea de recuperar el ambiente, guanacos y vizcachas pasaron a ocupar el centro de la atención del equipo liderado por Jaacks, decidido a rearmar las redes tróficas: el puma come el guanaco, el guanaco el pajonal y así sigue la cadena para volver a como era antes el paisaje natural con su flora y su fauna en esa área protegida ubicada en las sierras de Córdoba y en una superficie de poco más de 37.000 hectáreas.

“Resilvestrar requiere tareas de conservación y/o de restauración. A veces, con retirar las vacas que dañan mucho el suelo y producen erosión, alcanza para que se resilvestre y pastos y pajonales vuelven solos. Brindamos conservación para que los predadores puedan recuperar su población por sí mismos”, explicó Jaacks.

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