Tucumán es la provincia que más rescisiones de contratos de alquileres comerciales registró entre abril y mayo. También es la que menor tasa de cumplimiento de pagos totales en el sector mantuvo durante ese periodo. Así lo exhibe un relevamiento sobre el comportamiento del mercado locativo que realizó la Federación Inmobiliaria de la República Argentina (FIRA), cuyos números demuestran que el comercio local traviesa una situación crítica.
El informe al que accedió LA GACETA expone las estadísticas de 16 provincias en el marco de la cuarentena. En promedio, el 5% de los negocios del total nacional dejó sin efecto sus contratos de alquiler con motivo de “cierre obligado”. En Tucumán, esa tasa de rescisiones -llega hasta el 15 de mayo- se eleva hasta el 11% entre los comercios muestreados.
Además, según estos datos, sólo el 30% de los comerciantes locatarios de la provincia pudo cumplir sus pagos totales hasta el 15 del mes pasado, mientras que a nivel nacional el promedio fue de 47% (Tucumán fue la que ofreció el menor porcentaje). “Son números que impactan. Hay muchos comercios que se vieron forzados a cerrar al ver que su sector tendría una cuarentena más prolongada”, consideró Fernando Guzmán, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Tucumán.
En particular, los sectores más afectados por su cierre extendido -ejemplificó el empresario- son los gastronómicos, las estéticas, los gimnasios y las agencias de turismo. Si bien reconoció que la situación es grave, Guzmán especificó que los comercios muestreados por la FIRA en Tucumán (61, mientras el promedio nacional supera los 480) no incluye a los grandes locales ubicados en shoppings, galerías y peatonales. “Las inmobiliarias locales manejamos más viviendas que comercios. Ellos suelen tratar directamente con los dueños. Lo que sí podemos deducir es que varios negocios pequeños cerraron”, advirtió.
La renegociación de los contratos también es moneda corriente. Al igual que Guzmán, el agente inmobiliario Marcelo Stagnetto indicó que “muchos comerciantes” pudieron acordar reducciones en los montos de los alquileres por la parálisis. Otros, en tanto, “entregaron las llaves” al no poder pagar el 100% del valor exigido. “A diferencia de otras provincias, el comercio tucumano posee menos reservas. También hay menor poder adquisitivo. Entonces, ante una situación tan mala como esta, muchos optan por rescindir sus alquileres”, respondió Stagnetto al ser consultado sobre los motivos que podrían explicar por qué la provincia lidera la lista de bajas.
Virgilio Raiden, empresario inmobiliario, también evaluó que el comercio local ya sobrevivía “a pulmón”, por lo que no contaba con excedentes para afrontar una parálisis de 60 días. “Esto es como una inundación en la que aún sigue lloviendo. Todavía falta para que baje el agua y veamos los verdaderos daños”, metaforizó al prever que durante los próximos meses habrá aún más rescisiones de contratos, sobre todo de bares.
Raiden también expuso como variables en cuestión la presión impositiva y la baja del poder de compra. Al igual que él, Gabriela Coronel, presidenta de la Cámara de Comercio, manifestó que el sector ya atravesaba una gran crisis. “Muchos achicaron estructuras y unieron sus locales en uno solo”, explicó sobre los cierres (Guzmán también lo hizo). Además, ella analizó como motivos la “falta de acciones económicas provinciales para ayudar a las pymes”, los “altos costos” y los nuevos horarios de atención “desfavorables”, entre otros. “Hoy trabajamos más y ganamos menos. Más negocios podrían cerrar. Es grave”, alertó.