Ya pasaron casi cuatro meses desde que una crecida del río Lules se "tragó" una parte de la ruta 321, en el tramo que conduce desde San Isidro hacia la Quebrada de Lules. Y si bien las obras estuvieron paralizadas por la cuarentena, dos legisladores advirtieron sobre el peligro del estado del camino.
Se trata de los opositores Ricardo Ascárate y José María Canelada, quienes le solicitaron formalmente al Poder Ejecutivo, a través de la Dirección Provincial de Vialidad, "la reparación inmediata" de la ruta.
Según advirtieron, el camino "se encuentra con un corte total de calzada antes de la ubicación del Balneario Municipal, que pone en peligro la transitabilidad y en riesgo la circulación de los usuarios".
Además, ambos parlamentarios pidieron "la señalización de dicho corte, donde los vehículos deben circular por la banquina y cuneta sur de la traza" y que "se estudie la instalación de protecciones tipo gaviones para el encauce de la margen sur del río Lules, que aseguren la estabilidad de la obra vial y corrijan las curvas del cauce".
Consultado al respecto, el director de Vialidad, Ricardo Abad, explicó que la ruta se encuentra en ese estado "desde el verano, cuando creció el río" y que no pudo avanzar con las obras porque poco después la Nación ordenó el aislamiento social preventivo y obligatorio por la pandemia del coronavirus.
"Esto ya sucedió hace tres o cuatro años, pero luego se encauzó nuevamente al río y se construyeron defensas. Por eso esta vez llegó solo hasta la ruta y no avanzó más allá", afirmó.
Abad aclaró que en ese sector de la ruta hay una topadora trabajando para desviar el tránsito, aunque sostuvo que es una zona con escasa circulación vehicular.