31 Mayo 2020
BIBLIOTECA ERNESTO PADILLA. Contiene, además de libros de historia, geografía y filosofía, el mobiliario original.
Mañana se cumplen 30 años de la fundación del Centro Cultural Alberto Rougés, que depende de la Fundación Miguel Lillo.
La institución nació el 1 de junio de 1990 como una expresión natural del crecimiento de la Fundación a la que pertenece, impulsada por el, en ese entonces, presidente de la Comisión Asesora Vitalicia, Jorge Luis Rougés. En su fundación, la primera directora del centro fue Florencia Aráoz de Isas, quien estuvo 15 años en el cargo.
Aunque no habrá un festejo virtual por el nuevo aniversario, las autoridades del centro cultural están trabajando en el lanzamiento de un catálogo de su patrimonio cultural, que fue adquiriendo con los años, y será publicado de forma digital como homenaje a la efeméride.
“Es lo único que podemos hacer por ahora”, explicó María Lilia Peña, actual directora de la institución, en referencia a las restricciones de circulación, por las que se mantienen cerradas las puertas del lugar.
SALA DE EXPOSICIÓN. Presenta un estilo francés tipo petit hotel.
También, mientras esperan que la cuarentena termine, Peña y el personal a cargo del lugar difunden “lo que pueden” de manera virtual, especialmente por las redes sociales.
Ubicado en una casa señorial estilo francés, construida en 1913, el centro, que funciona como receptor, difusor y productor cultural, es un punto referente del saber provincial. Cuenta con variadas bibliotecas que fueron (y siguen) creciendo con el paso del tiempo, tanto por las donaciones que recibe como por la producción propia, que tienen como objetivo acercar el conocimiento a los ciudadanos tucumanos.
“Cuando se fundó, la idea era seguir el legado que nos dejaron personas que de verdad estaban interesadas en levantar el nivel cultural de Tucumán”, dijo la directora.
En su comienzo, se buscó la colaboración de importantes personalidades de la provincia para contribuir con el centro, entre los que se destacan Ezequiel Linares, quien diseñó el proyecto de artes visuales, María Eugenia Valentié, filósofa, Hugo Caram, para el asesoramiento en música, además de los críticos de arte Jorge Taverna Irigoyen y Ramón Alberto Pérez..
“Aquí tenemos material de consulta permanente al que tiene acceso cualquier persona”, resaltó Peña, quien lamentó que el Rougés no sea aún más conocido en la provincia. “Con los años aumentó mucho su impacto en la sociedad, pero es increíble que todavía haya gente de Tucumán que no lo conozca. Tiene más reconocimiento a nivel nacional que provincial”, indicó.
En el centro cultural esperan ansiosos la reapertura de sus puertas, algo que no sucederá, por lo menos, hasta el 7 de junio. Sin embargo, por el aumento en las flexibilizaciones, son optimistas y creen que podrán volver ese mes. “Desde marzo estamos listos para empezar con las exposiciones, pero debimos postergarlas por la pandemia. Tengo la esperanza de volver en julio y terminar el año con al menos dos exposiciones”, aseveró Peña.
Para finalizar la directora insistió en el valor que tiene el establecimiento. “Es revalorizar los 30 años de una institución cultural que viene precedida por grandes personalidades que se preocupaban por darle a Tucumán un mejor nivel académico, y la idea es continuar con eso -destacó-. Creo que se está logrando lo que nos propusimos en un principio”.
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