El crimen del trabajador rural Luis Armando Espinoza, por el cual hay nueve policías detenidos, conmociona a la provincia y genera repercusiones que se expanden a nivel nacional. El homicidio del simoqueño de 31 años, cuyo cuerpo apareció en el fondo de un barranco en Catamarca, dañó la imagen de la Policía y del Gobierno, en medio de un exhaustivo trabajo que vienen llevando adelante por la pandemia. Por eso en el oficialismo repudian el accionar que tuvieron los sospechosos, que usaron sus armas reglamentarias en el crimen. “Nos echaron un muerto”, se animan a decir, puertas adentro.
Desde que se conoció el caso, el ministro de Seguridad, Claudio Maley, fue el principal blanco de los cuestionamientos de la oposición y de la opinión pública. Algunos funcionarios de veredas opuestas a la Casa de Gobierno incluso reclamaron por su renuncia. Sin embargo, el gobernador Juan Manzur remarcó que la cabeza del Ministerio de Seguridad se mantendrá en su lugar, sin cambios. “Maley es una persona de bien, que trabaja. No creo que deba renunciar. No he pensando en cambiarlo”, le dijo a LA GACETA de manera enfática, aunque sin ahondar en el caso que puso una vez más a Tucumán en el centro de la polémica.
En medio de la interna oficialista, el Presidente de la Legislatura, Osvaldo Jaldo, convocó a Maley para que brindara explicaciones del caso junto a su equipo y a la plana mayor de la Policía, encabezada por Manuel Bernachi. El ex gendarme, que está en el cargo desde la creación del Ministerio, en diciembre de 2017, respondió ayer a la citación y brindó su postura ante una treintena de legisladores. Sin presencia de la prensa, escuchó los reclamos de la oposición y los planteos del oficialismo, que le pidió un mayor accionar.
En diálogo con LA GACETA, Jaldo respaldó a las autoridades de Seguridad, pero les reclamó mayor atención respecto a lo que ocurre con sus subordinados. “Nueve policías, con armas reglamentarias, actuaron impunemente violando todas las normas legales y constitucionales. Esto indica que el ministro Maley, el jefe de la Policía y toda la plana mayor deben mirar más hacia adentro, hacia el personal que los acompaña en cuanto al verticalismo, al profesionalismo y, fundamentalmente, en cuanto a la calidad de personas que son”, reclamó el Presidente de la Cámara.
A diferencia de su socio político, el vicegobernador fue autocrítico y expresó que como funcionarios del Estado tienen una responsabilidad institucional. “No podemos soportar otro caso Espinoza en Tucumán”, reclamó. En ese sentido, consideró que se debe pensar seriamente en una depuración de la fuerza policial. “No por unos cuantos podemos opacar el accionar de quienes están al frente y desprestigiar la institución. Por eso hace falta una mirada profunda hacia adentro y una depuración, si es necesaria, hacia adentro. Pero de manera inmediata”, insistió.