“La pandemia ha puesto en evidencia las enfermedades que vivimos desde hace años”

“La pandemia ha puesto en evidencia las enfermedades que vivimos desde hace años”

En una ceremonia sin fieles, con la presencia apenas del Gobernador y su señora, el arzobispo Carlos Sánchez celebró el Tedeum en la Catedral.

DESOLACION. El arzobispo Carlos Alberto Sánchez oficia la misa frente al Gobernador Juan Manzur y su señora, Sandra Mattar Sabio.  DESOLACION. El arzobispo Carlos Alberto Sánchez oficia la misa frente al Gobernador Juan Manzur y su señora, Sandra Mattar Sabio. comunicación pública

En una ceremonia inédita, a causa de la pandemia, el Tedeum se ofició con apenas cuatro personas en el inmenso solar de la Catedral: el gobernador Juan Manzur, junto a su esposa, Sandra Mattar Sabio, y el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Alberto Sánchez, acompañado por el párroco Omar Carrazana. Ni una flor adornaba el altar y los bancos habían sido retirados, despejando la nave central que lucía kilométrica y desolada.

La misa no fue televisada, a diferencia de otras las ceremonias religiosas importantes, como las de Semana Santa. Afuera, a las 11.10, cuando comenzó la celebración, no había fieles, con la excepción de policías y de un puñado de periodistas y fotógrafos que no podían ingresar al templo ni siquiera a tomar imágenes.

En su homilía (distribuida por escrito a los medios), monseñor Sánchez reiteró como otras veces la importancia de ser “solidario con el hermano”, de cuidar nuestra vida y la de los demás y “de preservar el don de la vida”. Pero ahora vuelve la mirada sobre lo que -afirma- la covid-19 deja al desnudo y que siempre existió.

“La situación sanitaria ha puesto en evidencia muchas enfermedades que sufrimos desde hace años: la indiferencia, la corrupción, la injusticia, los egoísmos, la ambición, la violencia, la inseguridad, y la falta de respeto por la vida, la falta de oportunidades, la ceguera, la sordera y la invalidez que destruye los vínculos”.

Nadie pudo ver qué cara puso el gobernador ante esa reflexión.

“Hoy nos unimos en oración por nuestra Patria argentina para dar gracias a Dios por esta bendita tierra en la que vivimos. Pero también y especialmente, nos unimos para suplicar al Señor de la Vida y de la Historia, que nos libre de esta pandemia que azota a toda la humanidad y a nosotros los tucumanos del dengue y de otras muchas epidemias que amenazan la vida y la salud de nuestra sociedad”, oró monseñor Sánchez.

Refiriéndose a la Revolución de Mayo, manifestó que “esta no fue la gesta de un solo día, ni de un solo hombre, sino que se trató de un impulso de largo aliento, movido por muchas personas, que culminó en el Cabildo Abierto del 25 de Mayo con el juramento de la Primera Junta de Gobierno. A la vez, este acontecimiento fue el inicio de un proceso que culminó en Tucumán, el 9 de Julio de 1816, con la declaración de la Independencia”.

“Somos frágiles”

“Esta situación sanitaria nos ha sorprendido, nos ha angustiado, nos ha hecho descubrir que somos frágiles, que muchas veces hemos puesto nuestras seguridades en lo superficial y pasajero. Nos ha hecho detenernos, parar obligadamente; nos ha hecho volver a casa, a descubrir el valor de la familia, de los vínculos e igualmente nos ha hecho visibilizar que hay tucumanos que no tienen casa, familia, salud, trabajo, ni oportunidades”, advirtió.

Monseñor Sánchez rogó al Señor “para que nos permita conocerlo verdaderamente y conocer lo que él quiere enseñarnos en esta situación, que nos desconcierta. La vida se ve amenazada por todas partes y sin distinción y, a la vez, nos despierta para que busquemos la forma de cuidarnos a nosotros mismos, y de cuidar a los otros y cuidarnos todos”, reflexionó.

El valor de la vida

El arzobispo destacó que con la pandemia el Señor “ha puesto en evidencia muchos valores que tenemos, principalmente el valor de la vida como valor esencial, único e inviolable, que debe ser custodiado siempre y en todas formas, en todas las situaciones y circunstancias y etapas del ser humano, especialmente en los más frágiles y vulnerables. El valor del hogar, la familia, el trabajo, la solidaridad, el servicio, la creatividad, el sacrificio y la responsabilidad social y comunitaria”, detalló.

También recordó las palabras del papa Francisco del domingo de Pascua: “este no el tiempo de indiferencia ante el sufrimiento humano. Tenemos que acrecentar el compromiso para alentar la esperanza de los más pobres, enfermos, débiles”.


En el Atrio

“Fue un golpe duro entrar y ver la Catedral vacía, pero la llené de rostros tucumanos”

Al término de la misa el arzobispo salió a saludar a los periodistas y conversó con ellos: “el Señor nos ha dado inteligencia para crecer en la esperanza, valorándonos como hermanos, y para ir saliendo en esta situación, para que no sea solo un momento doloroso sino para que hagamos pie para ir hacia una patria distinta. Tenemos un montón de valores, que tenemos que ponerlos en común para lograr una Argentina distinta. Y esto es responsabilidad de todos, no solo del Estado. Todos somos responsables, no podemos pasar indiferentes al lado del que está sufriendo”, explicó. Previamente le contó a LA GACETA que él le propuso al gobernador oficiar una misa porque “tiene un valor infinito, porque es el darle gracias a Dios por el don de la Patria, pero también tiene un valor de intercesión. Y en esta misa yo los he puesto a todos los tucumanos, por eso si bien fue un golpe muy duro entrar y ver la Catedral vacía, para mí estaba llena de rostros tucumanos”.

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