La División Homicidios de la Policía de Tucumán secuestró un arma de fuego que habría sido utilizada en el crimen del cadete Carlos Sánchez, quien fue ultimado a disparos el 13 de mayo en barrio Victoria, al sur de la Capital.
Los uniformados obtuvieron así una evidencia que podría resultar clave para dilucidar el caso, por el cual los trabajadores de delivery de comidas se movilizaron frente a la Casa de Gobierno, en reclamo por la cantidad de robos que sufren cuando hacen los repartos.
Con autorización judicial, la Policía realizó hoy dos allanamientos. Así, los investigadores se incautaron de una pistola marca Bersa, cargada con siete cartuchos, que fue hallada en un domicilio de avenida Alem y Magallanes. En otra vivienda, en avenida Jujuy al 4.000, encontraron prendas de vestir que podrían estar vinculadas al caso.
“En los dos allanamientos se secuestraron elementos de gran importancia para el avance de la investigación de la Justicia a fin de esclarecer por completo este hecho”, señaló el jefe de la División Homicidios,Christian Peralta, quien supervisó las medidas junto al segundo jefe del área, Diego Bernachi.
Los procedimientos fueron ordenados por el juez penal Facundo Maggio, del Juzgado de la II Nominación a pedido de la Fiscalía Especializada en Homicidios de la II Nominación, a cargo de la fiscal Adriana Giannoni.
La semana pasada habían sido aprehendidos los tres sospechosos del crimen, dos jóvenes de 18 años y otro de 24, quienes -según la Policía- tienen un frondoso prontuario con causas procesales por delitos contra la propiedad, como robos, asaltos y hurtos.
Sánchez trabajaba como repartidor de una sanguchería. El 13 de mayo iba con su moto por la zona de avenida Colón al 1.500, cuando tres hombres -que también circulaban en motocicleta- le dispararon y lo dejaron tendido en la calle, sin robarle su motocicleta ni sus pertenencias. Fue trasladado al hospital Padilla, donde se constató que tenía una herida de bala en el abdomen y otra en la espalda. Horas después, falleció.