Por Rodolfo Casen y Gustavo Rodríguez 21 Mayo 2020
EN PLENA TAREA. Un perito del Ministerio Público Fiscal se prepara para iniciar su trabajo en uno de los cinco autos que se secuestraron ayer.
La desaparición de un trabajador rural se transformó en una especie de pieza dramática que, hasta el momento, no tiene un deselance. Nueve efectivos policiales (entre ellas una mujer) y un vigía ciudadano que prestaba servicios en la comuna de Monteagudo fueron detenidos ayer durante varios procedimientos. Todo parece indicar que se trató de un caso de abuso policial que tendría un trágico desenlace. Al cierre de esta edición, la Policía y la Justicia trataban de avanzar con la pesquisa para dar con el hombre, que fue visto por última vez hace casi seis días.
El incidente
El viernes, Luis Armando Espinoza (31) y su hermano Juan se dirigían a visitar a su madre en el paraje conocido como Melcho, en Monteagudo. En el camino se toparon con un festival de carreras cuadreras y con la llegada de un grupo de efectivos que dispersaron a los asistentes. Hubo disparos y corridas por granel.
LA VÍCTIMA. Luis Espinoza, trabajador rural.
Los policías dijeron que se trató de un operativo para hacer cumplir con el aislamiento preventivo obligatorio. Algunos testigos habrían declarado que en realidad los uniformados se presentaron para pedir una suma de dinero a cambio de no suspender la actividad. Como se habrían negado a hacerlo, los efectivos habrían usado la fuerza para dispersar a los asistentes.
“Esto pasa siempre. Los ‘milicos’ siempre caen a pedir plata para que continúe el festival. Esa es una práctica común”, explicó M.A.G, seguidor de estas carreras clandestinas.
La agresión
La presencia de los Espinoza en el lugar todavía no está clara. Los familiares aseguraron que pasaban por el lugar, pero otros testigos habrían declarado que participaban de la reunión. La versión coincidente es que Juan comenzó a ser golpeado por los policías y que Luis intentó salvarlo.
“A Juan lo esposaron y lo tuvieron ahí tirado. Mientras le pegaban, él pudo ver que a Luis lo llevaron hasta el interior de un monte. No pudo ver nada, sólo escuchó unos disparos”, aseguró Lorena Espinoza, hermana del trabajador desaparecido.
De ahí en más, no se supo nada más de Espinoza, que es padre de seis hijos. Juan, aturdido por la situación que había vivido, decidió avisar a sus familiares y no ir a buscar a Luis. Durante horas, parientes y allegados buscaron al desaparecido. Recién el sábado realizaron la denuncia policial.
Versiones cruzadas
A partir de ese momento comenzaron las acusaciones cruzadas. Los policías contaron una versión que pareció poco creíble (ver: “Puntos oscuros”) y los familiares insistieron con que se trataba de un nuevo caso de abuso policial.
Mientras la fiscala Mónica García de Targa avanzaba con la investigación, desde el Ministerio de Seguridad se ordenaba un rastrillaje en la zona. Policías y baqueanos volvieron a rastrillar la zona de montes y en la zona del embalse Frontal, que está a pocos kilómetros del lugar del hecho.
La Justicia ordenó el secuestro de dos vehículos que los testigos dijeron que habían participado en el procedimiento irregular. También incautaron las armas que tenían los policías el viernes del incidente.
La hipótesis
La fiscala sumó indicios suficientes para elaborar una hipótesis. Los efectivos, en un supuesto caso de abuso policial, habrían provocado serias lesiones a Luis Espinoza. Al darse cuenta de lo ocurrido, avisaron a sus compañeros y, entre todos, habrían ideado un plan para ocultar el delito.
Ayer el juez Mario Velázquez autorizó que se hicieran al menos 10 allanamientos en diferentes localidades del interior para detener a nueve policías y a un vigía ciudadano de Monteagudo. Aún queda arrestar a otro sospechoso, medida que no se pudo concretar puesto que viviría en Santiago del Estero y se necesitaban autorizaciones especiales. Personal de la Dirección General de Investigaciones, al mando del comisario Jorge Dib, secuestró armas de fuego, prendas de vestir y celulares.
Tambíen se secuestraron al menos cinco vehículos (son siete los autos que están en poder de la Justicia), ya que se sospecha que podrían haber cargado a Espinoza en uno de ellos. Ninguno de los rodados son oficiales, sino que son de los mismos efectivos de la depedencia policial.
En esa teoría no está en claro si el desaparecido ya estaba muerto o si lo dejaron en algún lugar malherido en vez de trasladarlo para que fuese atendido en un centro asistencial. Si hubiera ocurrido la segunda posibilidad, los investigadores creen que no habría posibilidades de que siga con vida.
Más pericias
Al cierre de esta edición, en el Centro Judicial de Monteros declaraban los sospechosos. Los investigadores esperaban que algunos de ellos se quebrase y relatara lo que sucedió el viernes por la tarde.
Mientras tanto, el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales se encuentra en esa ciudad analizando los distintos elementos secuestrados para sumar alguna prueba en contra de los acusados. En la Kangoo se encontraron manchas que podrían ser de sangre. Ahora se analiza sin es humana.
Por otra parte, los rastrillajes continuarán hoy, pero se concencrarán en la zona de las costas del Frontal, donde se sospecha que podrían haber abandonado a Espinoza.
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