“Así que nada, estoy a la espera”. Por el comienzo de la frase que comparte con LG Deportiva -todo un latiguillo típico de estas latitudes-, Cristian Erbes suena despreocupado, relajado. Pero la segunda parte es la que verdaderamente cuenta y grafica su situación actual: a la espera. El volante de Atlético forja su paciencia como cada uno de los argentinos sometidos a la cuarentena pero, en su caso, se suman un par de motivos.
“Pichi”, una de las figuras de Atlético en una temporada a medio jugar, pasa sus días en la casa que alquila desde que llegó a Tucumán, en Yerba Buena. Está acompañado por su pareja Agustina y por su hijo Benicio. El trío se transformará en un cuarteto en menos de un mes, ya que Aitana está a punto de nacer.
“Cuando me dejen, me voy para Buenos Aires”, cuenta. Erbes quiere que su hija nazca en su ciudad, pero todo dependerá de las medidas que tome el Gobierno el fin de semana (oficialmente la cuarentena está estipulada hasta el domingo, inclusive).
Y si esperar una hija fuera poco, Erbes también pretende que se resuelva su situación contractual. Algo que en realidad padecen muchos futbolistas cuyos contratos finalizan el 30 de junio. “Hay que ver si es que me quieren renovar acá. Me han llamado de otros lados, pero tampoco con una oferta formal por el tema del virus y la incertidumbre. No sé qué irá a pasar”, explica.
La dirigencia de Atlético ya manifestó que intentará que la gran mayoría de los 12 jugadores con contrato hasta el 30 de junio renueven el vínculo. “Queremos que ‘Pichi’ se quede. No iniciamos charlas formales porque todavía no sabemos qué pasará con el fútbol este año”, cuenta Miguel Abbondándolo, vicepresidente tercero de Atlético. Claro, ¿qué fechas deberían tener los nuevos contratos si el fútbol volvería recién en noviembre o diciembre? Sin dudas, la dirigencia del fútbol también está a la espera.
Erbes está a la cabeza de esa lista de 12 jugadores “a renovar” pues Ricardo Zielinski está muy conforme con su rendimiento y el equilibrio que le dio al medio campo. Con Ariel Rojas se convirtieron en una dupla de volantes centrales confiable y aguerrida. Nada fácil de encontrar, sobre todo luego de la partida de jugadores como Rodrigo Aliendro a los que se intentó reemplazar como pudo. De hecho, a ambos les costó adaptarse al comienzo pero terminaron siendo fundamentales. Sobre todo “Pichi”. Al entrenador no le gustaría para nada volver a encarar esa búsqueda que tuvo que hacer en el mercado de pases en el que llegó el ex jugador de Boca.
“Estamos muy conformes con él y él está muy conforme también con el club y la provincia”, agrega Abbondándolo. Esto es cierto: Erbes reconoció que Tucumán y Atlético le devolvieron su mejor nivel, ese que supo tener en Boca. Incluso, admitió estar pensando en transformarse de inquilino a propietario si llegara esa bendita renovación: “si renuevo, compro seguro”.
¿Qué obstáculos habría para que eso suceda? La aparición de una oferta que sea imposible de rechazar. Boca, un grande, su ex club y, además, en su ciudad de origen, sería un problema. Además, él mismo lo declaró. “Me gustaría retirarme en Boca, la ilusión de volver ahora la veo más cercana por mi rendimiento”, dijo hace poco.
Desde la dirigencia confirman que sería el competidor al que no se le podría hacer frente pero en cualquier otro caso, las probabilidades de que siga en el club son altas. Además, aún no se sabe si Miguel Russo lo pidió, más allá de la buena relación de Erbes con Juan Román Riquelme, ex compañeros.
Por ahora, “Pichi” Erbes y su familia están a la espera. En varios sentidos. Que todo llegue con la dulzura necesaria.