“En San Martín tuve uno de los mejores rendimientos individual de la mi carrera futbolística”. Esta afirmación corresponde a Oscar Román Acosta, aquel talentoso volante creativo que lució la camiseta de la entidad de La Ciudadela en el torneo de Primera división de 1992 y que desde hace casi 20 años se encuentra radicado en Europa junto a su familia.
A través de una comunicación telefónica, LG Deportiva puso comunicarse con el rosarino que nació hace 55 años en Rosario y actualmente vive en Ginebra (Suiza) junto a su esposa Arancha que es española y sus hijos Yago (13 años) que también es español y Juan Manuel (9) que nació en la capital suiza. Acosta tiene otros tres hijos Denise (31), Nahuel (25) y Gwendy (21), los tres argentinos que nacieron producto de relaciones anteriores en la Argentina.
-¿Cómo se produjo tu llegada a San Martín?
- Recuerdo que Luis Garretón, que era dirigente del club, me fue a hablar luego de un entrenamiento que había realizado con el plantel profesional de River, al que estaba ligado en lo contractual. En un primer momento, dudé en aceptar la propuesta, pero al final hubo cosas que me hicieron decidirme en irme a Tucumán.
-¿Cuáles fueron esas cosas que resultaron decisivas para que te convirtieras en jugador “santo”?
- En primer lugar, no me quería quedar en River, pues mi relación con Daniel Passarella, que en ese entonces era el técnico, no era buena. Eso me quitaba posibilidades de ganarme un lugar en el equipo titular. Por eso quería rescindir mi contrato. La otra fue la insistencia de Claudio Spontón, que también era jugador de River, para que aceptara la propuesta porque se estaba formando un buen plantel con la llegada de futbolistas de buen nivel, más los que ya estaban en el club. Además tenía un técnico de los quilates de Ángel Tulio Zof, un verdadero docente del fútbol que se comunicó conmigo para decirme que me quería tener en el equipo.
-¿Qué es lo que más recordás de tu paso?
- Repasando lo que fue mi carrera de 19 años de profesional, no tengo dudas que en San Martín tuve uno de los mejores niveles individuales de mi carrera. Esa primera rueda que jugué fue tremenda, lo que me permitió ganarme rápidamente el afecto de todos. Pero, desgraciadamente, una expulsión que sufrí en el primer tiempo del partido que jugamos en Buenos Aires contra Vélez hizo que tuviera que estar cuatro partidos fuera del equipo. Esa circunstancia coincidió con un profundo bajón futbolístico que tuvo el equipo, que hizo que perdiéramos cuatro partidos seguidos, algo que al final hizo que perdiéramos la categoría. Había plantel para mantener la plaza en Primera, pero nos faltó regularidad para que pudiéramos concretar ese objetivo. Aquel hecho desgraciado, al final, me hizo sentir culpable del desenlace de la temporada.
-Quienes tuvieron la posibilidad de seguir de cerca tu paso por el club, recuerdan que tuviste un idilio muy estrecho con los hinchas...
- Fue mutuo. Lo que pasa es que desde que llegué al club las cosas me fueron saliendo de maravillas. Eso facilitó que rápidamente me metiera en el corazón de los hinchas, que incluso crearon un estribillo que aún recuerdo con mucha emoción. “No lo quiso Passarella, no lo quiso River Plate, pero Acosta es del ‘santo’ porque ‘gallina’ no es”. Por esa causa, aunque me estadía en el club fue de un año, de esa experiencia puedo decir que fue de lo mejor de mi carrera. Por eso, a la distancias, le mando un abrazo grande a esa hinchada que siempre nos hacía sentir su respaldo, aún en los momentos en que los resultados positivos no llegaban. Me sentí querido y cómodo en el club. Me acuerdo de “Gogui” Moreno y de los utileros “Catala” González y Luis Schiavone. Me hubiera gustado seguir allí, pero lamentablemente no se pudo concretar. Además, en Tucumán tengo parientes. Ernestina Quiroga era mi abuela, vivía en Italia al 1.500, frente a la cancha de All Boys. Solía visitarla cuando era chico. Falleció en 1978. Ese nexo también me llevó a aceptar ir a jugar a San Martín.
-¿Estas interiorizado del fútbol argentino?
- Por supuesto. Es que las redes sociales y la televisión hacen que a las noticias se las viva con mucha inmediatez. Como acá tenemos cinco horas más de diferencia con Argentina, siempre trato de darme un tiempito para estar al día en ese aspecto. Lo que también me alegra es la actualidad futbolística de Tucumán, que tiene una posibilidad cierta de volver a tener dos clubes en la Superliga. Es una provincia donde al fútbol se lo vive con una pasión desbordante, como pocas en el país.
-¿Qué te llevó a radicarte fuera del país?
- La tremenda crisis que se vivió en Argentina y mi decisión de abandonar la práctica activa del fútbol hizo que tomara la decisión de aceptar la propuesta de un amigo que estaba viviendo en Málaga (España). Allí tuvimos un lavadero de autos y un reparto de muebles. Pero, lamentablemente, nos terminó afectando la dura crisis económica que sufrió España en 2007. Por eso, junto con mis dos hijos más chicos y con Arancha nos radicamos en Suiza. En definitiva, en la década del 2000 me la pasé escapándoles a las crisis (se ríe). Acá estoy trabajando como director deportivo en una entidad que milita en la tercera división del fútbol suizo que se llama Olympique de Genéve.
-¿Cómo es la vida actual en Suiza con el tema de la covid-19?
-Suiza es un país que tiene 7,5 millones de habitantes y 1.400 muertos por el momento. Este es un país de primer mundo de verdad, por eso acá no falta nada. Los profesionales de la salud tienen sus mascarillas, los barbijos correspondientes y se cuenta con respiradores en cantidad para superar cualquier contingencia que se presente en un futuro inmediato. Nunca se saturaron los hospitales, eso que las autoridades suizas acogen a los italianos y franceses que no tienen lugares en sus países. Estoy en un país que está en cuarentena, pero que no es obligatoria cumplir. Acá nunca te obligan a nada, es un país muy neutro, donde todo queda en la responsabilidad de cada uno de los habitantes.
Algo sobre Federer
“Con Roger Federer pasa en Suiza lo que sucede con Diego Maradona en Argentina. Es Gardel para los suizos. Es una persona muy respetada y querida. Un verdadero referente para todos, por los valores humanos y profesionales que ostenta. Es un crack dentro y fuera de una cancha de tenis”.
Un talentoso con la zurda
Surgido en Ferro: Oscar Román Acosta nació el 18 de octubre de 1964 en Rosario. Jugó en equipos infantiles de su ciudad y luego fue reclutado por Carlos “Cai” Aimar. A los 16 años empezó en el “Verdolaga”, con el que fue campeón en 1982 y en 1984. Hizo 53 goles en su carrera y se retiró en 2001.
Carrera en el país: además de lucir las camisetas de San Martín y de Ferro, en el país jugó en Vélez, River (se fue por diferencias con Daniel Passarella), Banfield, Gimnasia de Jujuy y Argentinos.
Carrera en el exterior: fue jugador de Servette de Suiza; Ana Yokohama de Japón; Universidad y Coquimbo Unidos de Chile, Blooming de Bolivia y Barcelona de Ecuador (fue campeón de la Serie A).
Afuera de un Mundial: estuvo en la pre selección de Carlos Bilardo camino al Mundial de México 86. Pero no llegó a tiempo en su recuperación luego de sufrir una serie lesión. Jugó en la Copa América de 1987 que se jugó en Argentina. En su etapa de juveniles, tuvo como técnico a César Luis Menotti.