Solbes y el gol que pocos festejaron, pero del que muchos se acuerdan

“Hay tres goles que los argentinos no olvidarán nunca”, afirma convencido Ricardo Luis del Valle Solbes. Hace una pausa, como buscando ponerle un toque de suspenso a su definición. Y sigue: “el primero de Diego (Maradona) a los ingleses en el Mundial de México; el del ‘Chango’ Cárdenas a Celtic, en la final intercontinental que ganó Racing... Y el mío a Boca...” Una sonrisa cómplice se le dibuja en el rostro y aunque algunos consideren exagerado poner esa jugada al nivel de dos conquistas que marcaron a fuego al fútbol argentino, algo de razón tiene. ¿Cuántas veces le preguntaron por esa jugada? “Ya perdí la cuenta”, aclara. ¿Cuántas veces repitieron las imágenes en televisión? Muchísimas. “Hace unos días lo pasaron de nuevo”, precisa. No hay dudas de que esa acción marcó su trayectoria. Y de alguna manera también su vida.

Solbes puso fin a su carrera hace varios años, pero la historia de ese recordado gol sigue abierta. “Me llaman permanentemente para hablar sobre lo que pasó ese día (ver “El empate...”), sobre todo cuando hay una definición cerrada como en el último torneo de la Superliga o cuando San Martín enfrenta a Boca. Yo lo tomo con calma. Se hicieron comentarios de todo tipo. Que nos ‘apretaron’; que no queríamos ganar. Todo es mentira. No hubo nada de eso. Si ganábamos hubiesen dicho que nos pagó River. Empatamos y era un buen resultado para los dos. Recuerdo que hicimos una gran primera rueda y terminamos en los primeros puestos. Lo más complicado fue que tuvimos que cambiar de hotel cuando estábamos en Buenos Aires por una amenaza de bomba. Lo demás fue típico de un partido caliente, donde hay mucho en juego. Tuvimos problemas cuando el micro ingresó al playón de La Bombonera. El recibimiento de los hinchas de Boca fue hostil. Pero nada más. Al comenzar el partido la cancha parecía que iba explotar por la cantidad de gente. Nunca lo vi así al estadio, pese a que jugué varias veces ahí, incluso cuando estaba en Independiente. Había hinchas de ellos por todos lados. Llevaban 11 años sin salir campeones y no era fácil ganar ese día. Con el paso del tiempo muchos hinchas de San Martín me cuentan que fueron al estadio. No sé donde estaban. El estadio fue copado por ellos. Nosotros éramos cerca de 50 entre jugadores, cuerpo técnico, auxiliares, dirigentes y la Reserva”, deja soltar los recuerdos una vez más durante la charla con LG Deportiva.

En estos tiempos de aislamiento la televisión repite partidos del pasado y ese Boca-San Martín no podía faltar. “Lo vi nuevamente hace unos días. Ahí me di cuenta de que el gol de (Claudio) Benetti, que sirvió para el empate 1 a 1 fue apenas comenzó el segundo tiempo. Iban 2 minutos. Siempre pensé que había pasado mucho más tiempo”, cuenta aún sorprendido por lo que sucedió ese día. Fue tal la repercusión que Susana Giménez lo invitó a su programa.

La carrera de Ricky nunca tuvo el reconocimiento que se merece. Estuvo en Chaco con el plantel que logró el primer ascenso de San Martín. Año después fue clave en el ascenso de Colón, cuyo técnico era Nelson Chabay. Jugó en Independiente. Fue convocado al seleccionado Juvenil para jugar el Sudamericano que se disputó en el país y luego formó parte del plantel que disputó el Mundial de esa categoría en Arabia Saudita. También tuvo experiencias en el exterior. Jugó en Once Caldas, de Colombia; Deportivo Cuenca, de Ecuador; y pasó por el fútbol de Israel. El último capítulo lo escribió en All Boys: se despidió jugando el torneo liguista. Ahora cumple el aislamiento en su casa junto con su esposa Marcela y sus hijos Camila, Luisina, Justina y Ricardo.

“Si me pongo a repasar todo lo que viví como futbolista tengo que decir que hice una linda carrera. A los 17 años jugué un clásico de Avellaneda con la camiseta de Independiente. En el plantel estaba Daniel Hernández, con quien también compartí el plantel del seleccionado juvenil. Recuerdo que una vez el presidente (Pedro Iso) le recriminó al entrenador (Jorge Solari) porque lo hizo ingresar faltando un par de minutos ante Mandiyú, cuando el partido esta definido. En esa época los premios los cobraban los que entraban a la cancha. ‘Hay que cuidar la plata del club’, le dijo en el vestuario”. Las anécdotas surgen mientras avanza la charla.

Buenos amigos

Su paso por el Juvenil le permitió compartir plantel con futbolistas que luego trascendieron en diferentes clubes. Roberto Bonano, Claudio Ubeda, Manuel Santos Aguilar, Diego Simeone, Marcelo Carracedo, Darío Scotto, Antonio Mohamed son algunos de los que aparecen en la lista de compañeros de Solbes. Además, en el Sudamericano que ganó Brasil, Argentina enfrentó a Colombia, que tenía al arquero Oscar Córdoba y al defensor Jorge Bermúdez -claves unos años después en el Boca de Carlos Bianchi- como principales figuras. “Fue una época muy linda. Con Simeone nos hicimos amigos y para que no gastara en alojamiento ofreció que me quedara en el departamento que tenía en la zona de Palermo, por la plaza Italia, frente al zoológico”, recuerda con nostalgia. Si bien Carlos Pachamé era el DT del juvenil, Carlos Bilardo no se perdía entrenamiento. “Estaba en todos los detalles”, recuerda.

El fútbol sigue metido en su vida, pero cada vez le dedica menos tiempo. Es funcionario de la Secretaría de Deportes de la Provincia y cuando puede, pasa por el restorán familiar de comidas árabes “Don Balón”. La escuelita que lo tenía como principal referente cerró, pero sigue ligado al CEF 18 debido a su amistad con Daniel Petrella, aunque sólo va cuando puede.

La pelota se detuvo en todos los niveles debido a la pandemia. Pero esa jugada que protagonizó Solbes ante Boca seguirá siendo motivo de análisis por mucho tiempo. “El gol que nadie festejó”, lo definió la prensa nacional. Lo que no dicen es que todos se acuerdan de esa conquista. Tal como el de Diego a los ingleses y el de Cárdenas al Celtic. Lo dice Solbes. ¿Por qué no creerle?