¿Cómo trabajar, estudiar o simplemente entretenerse sin un celular o una computadora cuando quedarse en casa es obligatorio? La dependencia tecnológica, que ya era un signo del siglo XXI, se ha vuelto absoluta. ¿Qué sucede, entonces, cuando esas herramientas se rompen en estos tiempos? Conscientes de esa necesidad, algunas pymes tucumanas del rubro se han dedicado de lleno al servicio técnico y al envío de insumos indispensables, como cargadores.
Desde el 11 de abril, esta actividad -la informática- ha sido incluida entre las exceptuadas de cumplir el aislamiento social, aunque no tiene permitida la atención al público en locales. “Durante los primeros días de cuarentena, la cantidad de consultas que recibí fue insólita. Una enfermera que trabaja en el Hospital del Este me pedía que arregle su celular de forma urgente por su trabajo”, rememora Santiago Pariz, propietario de “Snacphone”, una empresa que realiza servicio técnico y vende accesorios afines.
Este joven de 23 años inició su negocio en 2017 -cuenta que comenzó como un hobby- y hoy posee cuatro sucursales en Capital, Yerba Buena, Concepción y Salta. “Cuando se desató esto (el confinamiento), nos preparamos para mantener todo cerrado por dos semanas. Luego, vimos que sería para más tiempo y comenzamos a trabajar desde casa”, relata. Y especifica: “montamos un mini laboratorio y ampliamos el servicio de cadetes para hacer envíos”.
Un camino similar siguió “Wake Store”, una pyme que se especializa en el servicio a productos de la marca Apple. “Teníamos un cadete propio y ahora tercerizamos con otras empresas porque no dábamos abasto. La gente necesita arreglar sus equipos o comprar accesorios como cables”, indica Lucas Moreno, el propietario del comercio que fue fundado hace 12 años y que tiene dos locales.
Sostener la única fuente de ingresos
Entre atención al público, cadetes y servicio técnico, las pymes de Pariz y Moreno son la fuente de trabajo de casi 20 personas (12 y seis, respectivamente). “Hoy nuestro principal objetivo es cubrir los costos y el más importante es pagar los sueldos. Hasta ahora no lo hemos logrado, pero confiamos que a partir de la semana que viene podremos”, señala el dueño de “Snacphone”. Y reflexiona: “ha cambiado la visión comercial y más que a ganar, ahora apuntamos a la vida humana. Si nos va bien, queremos donar una parte”.
Pese a funcionar y mantener demanda, estos negocios sienten la cuarentena. “Del 100% de ventas de un día normal, hoy sólo percibimos el 20%. Apenas sirve para pagar proveedores y salarios”, cuantifica Moreno. En ese sentido, ambos empresarios esperan -dicen- que las ayudas oficiales los alcance. “Aunque se difieran un poco, seguimos pagando impuestos como siempre y eso no es un alivio porque estuvimos dos semanas sin facturación”, coinciden.
Según Pariz, la pandemia ha generado una especie de solidaridad en la cadena productiva. “Proveedores, propietarios y empleados entienden. Creo que por única vez todos estamos en la misma posición, pero el que vive del día a día no puede esperar”, analiza.