Una valija con reclamos a Manzur

En tiempos de pandemia, se avecina un huracán. Uno político que ya revuelve la construcción de poder de los dos líderes del oficialismo comarcano. El vicegobernador, Osvaldo Jaldo, no vaciló en soplar fuerte en contra de quien fuera su compañero de fórmula. En LA GACETA Play mencionó una “mala palabra” en el mundo manzurista:valijas. Así redobló la apuesta a lo que el presidente de la Cámara considera que fue una afrenta directa en contra suya: la nacionalización del escándalo de la utilización de las máscaras donadas en la sesión legislativa. Jaldo es desconfiado y está atento a los detalles. Sabe que el gobernador, Juan Manzur, también. Por eso no dudó en apuntar en contra suya -sin nombrarlo- al hablar del “caso de las máscaras”.

“Yo soy un político desde hace muchos años, como se dice ‘si algo tenemos es cuero’. No hay dudas de que es una opereta de políticos tucumanos con la complicidad de periodistas porteños, a los que sólo les interesa la noticia pero no los problemas ni la calidad de vida que tenemos en la provincia (...) En mi caso particular, no me roza ni me llega (la acusación). A mí no me cuestionaron por valijas que se perdieron ni por nada”, dijo Jaldo. Inmediatamente, comenzaron a volar teléfonos y algunos pelos que más de uno se arrancó. El vicegobernador tocó uno de los temas más sensibles de la administración Manzur como titular de la Legislatura, que incluiría vericuetos con el manejo de los fondos, listados de nombres con beneficiarios de dinero y una que otra papeleta de esas operaciones en efectivo que el propio Jaldo -afirma- desterró cuando llegó al Poder Legislativo. ¿Está avisando que podrían aparecer algunos papeles si lo “atacan”? ¿O simplemente les marcó la cancha a los ultramanzuristas a los que atribuye la presunta campaña en contra suya en medios nacionales?

La rabieta del tranqueño apareció cuando el manzurismo menos se lo esperaba: ya le había pegado un chirlo al Poder Ejecutivo aprobando una ley para postergar cobro de préstamos a los empleados públicos y el Gobierno acababa de promulgar la norma, cuando todo hacía pensar que iba a ser derogada. Jaldo puso en aprietos a Manzur con esa propuesta, porque justo el mandatario negociaba un préstamo con el banco Macro para pagar los salarios. No habría sido el único motivo por el que el vice habría apuntado contra la institución (¿o contra Manzur?).

Con la promulgación de la ley, el gobernador parecía invitar a su vice a una suerte de tregua, pero el convite quedó descartado. “El gobernador anda muy ocupado recorriendo la provincia”, dijo Jaldo cuando se le preguntó si charló con el mandatario sobre la “ley Macro”. “No hablo hace rato con ningún funcionario del Ejecutivo”, añadió. En lenguaje directo, el vice actuó solo, sin consultar a su compañero de conducción y lanzando dardos a diestra y siniestra. Como para que no quedaran dudas, dijo que “alguien tiene que ocuparse del sector privado y recibir a los empresarios”, mientras anunciaba la visita de integrantes de la Federación Económica en la Legislatura.

La tirantez entre ambos líderes, con estos dichos y hechos, quedó al desnudo, como también algunas particularidades. Una es el silencio unánime de los legisladores. Ni el más manzurista ni el menos jaldista se atrevieron a cuestionar, desmentir o confrontar al vicegobernador. Nadie lo hizo. Está claro que, por un lado, ninguno se arriesga a perder ciertos beneficios, y que, por otro, el vice teje alianzas cada vez más poderosas. El bussismo estaría comprometido con el conductor de la Cámara en caso de tempestad política y el alfarismo no desmiente su diálogo con Jaldo. Lo dijo el propio intendente, Germán Alfaro, que también en LA GACETA Play admitió que charla con Jaldo y que no debe tomarse ello como “algo anormal”.

Otra particularidad es el silencio del propio gobernador y de su entorno del Poder Ejecutivo. Ninguno salió a aclarar que el Gobierno sí atendía los recursos que necesita la Salud en este tiempo de pandemia ni a decir que sí están atentos a lo que pasa con los empresarios y la economía. En sendas charlas, Jaldo había dicho públicamente que la Legislatura daba el dinero que funcionarios del Siprosa y del Ejecutivo (con nombre y apellido) no aportaban para combatir el covid-19, y que se ocupaba de proteger a los empleados públicos y al empresario como tampoco lo hacían desde otros poderes.

Manzur barrunta la situación y en su entorno afirman que intentará alejarse de la trifulca. No quiere ni le conviene pelearse en estos momentos con su vicegobernador. Sin embargo, todo tiene un límite, añaden. Habrá que ver cuál es el próximo movimiento de los dos hombres que supieron arrebatarle el poder político a adversarios que en otro momento parecían invencibles.

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