Así como miles de argentinos han sido pillados por la pandemia en pleno viaje fuera del país, otros tantos se han visto obligados a cumplir la cuarentena en otras provincias.
Tan cerca y tan lejos, con las rutas cerradas a la circulación de particulares, con los vuelos y los ómnibus de larga distancia suspendidos, para muchos el aislamiento no les está permitiendo regrasar a sus casas, por más que sea dentro de su propio país.
Los tucumanos Victoria Apas y Alejo Russo son algunos de ellos. Están desde mediados de marzo en Mar del Plata y no solo han ido apenas un par de días a la playa, sino que ahora miran el mar desde el balcón, cruzando la avenida, pero no pueden ni acercarse. De nuevo, tan cerca y tan lejos a la vez.
La semana del 30 de marzo tenían programado el regreso. Pero para esa fecha ya había sido dictada la cuarentena obligatoria y su vuelo quedó suspendido. En el caso de los argentinos que quedaron en el exterior, el Gobierno comenzó a repatriarlos. Pero en el caso de los argentinos varados en Argentina, todavía no hubo novedades.
"Yo tenía que estar el 30 de marzo en el trabajo y todavía no puedo volver. Están siendo comprensivos, pero me preocupa. Además necesito ayudar a mi familia y no tengo cómo hacerles llegar plata ni nada. Acá estamos pagando alquiler y todo es carísimo", cuenta Alejo en una charla con LA GACETA.
Una anécdota: "el otro día salimos a hacer unas compras en el super, a unas 10 cuadras de acá, y la Policía nos preguntó de todo y nos hizo que nos separemos, que caminemos por veredas opuestas. Como si después no tuviéramos que encerrarnos de nuevo juntos en el monoambiente. No podemos hacer prácticamente nada", relata.
Victoria lleva adelante una mueblería y todos los días el teléfono se prende fuego con reclamos de clientes. "De todos modos, estando allá, no es muy mucho lo que se puede hacer. Pero necesitamos volver urgente", dice ella.
Un permiso para que los busquen
Sin novedades oficiales del Gobierno para organizar su regreso, Victoria y Alejo pensaron en viajar hasta la ciudad de Buenos Aires, donde quizás sea más fácil sumarse a algún vuelo o colectivo para "rapatriarlos". Pero tampoco les fue posible.
"No hay cómo llegar. Fuimos a la Policía Federal y nos dijeron que ellos no podían gestionar ningún permiso. Hablamos con taxis particulares -cuenta Alejo- y nos quieren cobrar $ 15.000 el viaje, pero ni siquiera tenemos certeza de que vayamos a poder volver".
La otra alternativa que les viene a la mente es que alguien los vaya a buscar desde Tucumán en auto, pero tampoco es posible porque no se puede circular por las rutas. "Sería bueno que al menos nos den la posibilidad de un permiso especial para que alguien nos venga a buscar y volvamos, porque a esta altura no veo que vayan a poner ningún medio de traslado para nosotros", lamentó Alejo.
Hasta el momento sólo se han contactado con una chica tucumana que está en la misma situación que ellos, también en Mar del Plata. "Estamos en contacto a ver si surje algo, pero entendemos que en varias provincias hay tucumanos varados que necesitan volver", finalizó.