Los reportes dan cuentan que los aprehendidos por violar el aislamiento obligatorio preventivo, que luego recuperaron la libertad, suman 2.770 en la provincia. Si bien la cifra habla por sí sola del nivel de incumplimiento de una norma que busca el bienestar general, adquiere otra dimensión cuando se advierte que el número supera el de la población carcelaria de la provincia. Es más: es un 20% mayor con respecto a los 2.200 internos.
Hay otras escalas para cobrar consciencia de la estadística de infractores a la cuarentena. Por ejemplo, la cárcel de Villa Urquiza, donde los detenidos se encuentran hacinados, aloja unas 900 reos. En contraste, en apenas 16 días, se arrestó más del triple de esa cantidad de personas, porque infringieron la normativa que los obliga a quedarse en sus casas. En los atestados y malolientes calabozos de las comisarías hay unos 1.050 detenidos. En lo que va de la cuarentena, se detuvo casi tres veces ese número.
¿Qué siente al analizar esa cifra? “¡Vergüenza! Habla de la falta de apego de los tucumanos por cumplir las normas y la indiferencia total hacia la vida de uno y de la de los demás”, respondió el fiscal Carlos Picón, que conduce junto con su par Mariana Rivadeneira una fiscalía especializada en el tema. “Es lamentable descubrir que aún hay un importante número de gente que no entiende la gravedad del problema”, dijo, a su turno, el subsecretario de Seguridad José Ardiles.
El 20 de marzo, ideado por el Ministerio Público fiscal y llevado adelante por la Policía de la provincia con el apoyo de las fuerzas federales, se lanzó el operativo “Nadie en la calle” para hacer cumplir el aislamiento. El primer día fue de advertencias, después comenzaron con la persecución penal; y se continuó con el endurecimiento de las sanciones a los infractores, secuestrándoles los vehículos. Se recurrió al Complejo Belgrano para llevar allí a todos los que serían imputados.
También se sumó el fiscal federal Pablo Camuña que investigó más de 40 casos de personas que atentaron contra la salud pública y, según fuentes judiciales, se abrieron al menos cinco causas, entre las que se encuentra el caso del legislador Ricardo Bussi (FR).
Pero nada de ello sirvió: el domingo, con más de 263 aprehensiones, se batió el récord de detenidos desde que se implementó “Nadie en la calle”. Entre vehículos y motos, hasta ayer se habían secuestrado unas 1.000 unidades. “No vamos a bajar los brazos. Con el tema de los medios de movilidad arrancamos reteniéndoles durante un día, después durante cinco, y a partir de este viernes será durante 10 días”, explicó Picón.
“El desgaste de recursos logísticos y humanos es muy importante. Sin contar que los efectivos también se están poniendo en riesgos”, puntualizó Ardiles.
El futuro
La cuarentena se extiende hasta el próximo domingo, inclusive, pero hasta el momento las autoridades nacionales no han aclarado que sucederá el lunes. Por lo pronto, se cree que el levantamiento será gradual, por lo que no todos los tucumanos podrán salir a la calle.
“Estamos esperando las novedades, pero ya estamos trabajando, analizando y viendo los distintos escenarios que se pueden presentar. Pero tenemos una sola certeza: continuaremos persiguiendo a los que no cumplan con la cuarentena”, sintetizó Ardiles.
Picón aclaró que el MPF ya están analizando el cuadro de situación que se puede presentar a partir del lunes. “En base al trabajo y a la experiencia que venimos recogiendo en estos días, se elaboró un borrador de medidas que se pueden tomar. De todas maneras, haremos otro análisis para pulir los detalles de lo que se está planificando”, concluyó.