La muerte de Laudani: velas encendidas en Las Yungas

La muerte de Laudani: velas encendidas en Las Yungas

Laudani murió a sus 50 años recién cumplidos (21 de febrero), después de un viaje por Europa.

La familia Laudani publicó una emotiva carta de despedida. La familia Laudani publicó una emotiva carta de despedida.

“Querido papá: te amamos con todo nuestro corazón. Ni el tiempo ni el espacio nos separarán. Estarás siempre presente. Por siempre y para siempre. Gracias por tu amor y por tu generosidad. Gracias por la hermosa familia que nos diste. Sabemos que la muerte es parte de la vida. Y sabemos, también, que nos vas a acompañar cada día”. Sencillísimas. Tristes. Y valientes. Con esas palabras escritas en su Instagram y puestas a disposición de LA GACETA, Carolina Lezon Gottling y sus cuatro hijos se despidieron de Ricardo Laudani, el primer tucumano en fallecer debido al covid -19.

Laudani murió a sus 50 años recién cumplidos (21 de febrero), después de un viaje por Europa. La familia había partido de Tucumán el 14 de febrero, cuando el coronavirus era conocido, todavía, como la neumonía de Wuhan, por la ciudad china donde surgieron los primeros contagios en personas. Pero para la fecha de su regreso, apenas 24 días después, el mundo había cambiado.

En la Argentina, estaban vigentes las recomendaciones de aislamiento para viajeros. Así que compraron víveres y medicamentos y se recluyeron en su casa, en el country Las Yungas, en la ciudad de Yerba Buena. El 12, Laudani, director ejecutivo del grupo empresario Lucci, tuvo fiebre. Su mujer dice que llamó varias veces al número de vigilancia epidemiológica habilitado por el Siprosa (“no me atendía nadie”). Finalmente, consiguió una ambulancia.

Cuando llegaron, los médicos activaron el protocolo por covid-19: el paciente estaba con 39° de temperatura. Les tomaron a ambos unas muestras de hisopado nasofaríngeo para enviarlas al Malbrán. El 13, el tucumano empeoró. A última hora, la señora pidió una ambulancia. Lo trasladaron al Centro de Salud, lo estabilizaron y lo devolvieron a su domicilio. Pero al atardecer de ese día, ella lo encontró desvanecido sobre la cama. Llamó a la clínica privada Mayo y lo internaron allí.

El lunes 16, llegaron las constancias de laboratorio de la pareja (cuatro días después de que le sacaran las muestras). En ambos casos, no se detectó el virus SARS-CoV2. Sin embargo, volvieron a hacerles una extracción. El jueves 19 de marzo, se conoció el segundo estudio de Carolina: positivo para coronavirus. El 22 de marzo ella consiguió el resultado de él: positivo. Falleció este domingo.

Además de su tarea como CEO del grupo empresario, colaboraba con la fundación Federalismo y Libertad. “Ricardo era una bellísima persona. Gran padre de familia y excelente profesional, con firmes convicciones y valores. Siempre se destacó por su enorme compromiso con la provincia”, publicó la organización, en su cuenta de Twitter. El empresario Daniel Lucci lo definió como un gran ser humano. “Era entusiasta y proactivo. Estaba siempre dispuesto a ir por más. Y tenía la fuerza de la juventud. Su pérdida ha sido un golpe bajo y duro, del que nos costará salir. Su plenitud, su gran potencial y sus valores se han truncado por esta pandemia que no se puede aún ni entender ni aceptar”, comentó.

“Carolina: en nombre mío y de todos los muchachos de la guardia del country, estamos con ustedes”, le escribió el comentarista César Jerez, en un artículo publicado en este diario. De hecho, en Las Yungas hubo una movilización para acercarles -sin romper las medidas de distanciamiento social- una vela encendida a su pórtico. “Fue muy triste: vinieron a buscarla en una ambulancia. Hay un lamento generalizado. Los Laudani son muy queridos aquí”, contó una residente. Otra propietaria relató, asimismo, que la noticia provocó consternación y shock. “Era un hombre joven”, apuntó. Luego hizo foco en una tercera sensación que ha calado entre los propietarios: la solidaridad o acompañamiento. “Uno piensa en ella. Piensa en sus chicos. Piensa en él, que estuvo solo en su final”... Pero como escribieron sus hijos, ni el tiempo ni las distancias los separarán.

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