Hernán Macome: de entrenador de rugby a cadete solidario

Hernán Macome: de entrenador de rugby a cadete solidario

El head coach de Jockey Club se puso a disposición de quienes necesitan

SOLIDARIO. Macome colabora de manera gratuita para que las personas en grupos de riesgo no tengan que salir de su casa. SOLIDARIO. Macome colabora de manera gratuita para que las personas en grupos de riesgo no tengan que salir de su casa.
31 Marzo 2020

“De 10 me va. Aunque suene feo”, se excusa Hernán Macome. Lo que pasa es que el head coach de Jockey Club está sorprendido por lo que está viviendo. “Se desmadró”, calificará después la situación. Sus verdades se oyen contradictorias, por eso hay que explicarlas. “El mensaje fue para un par de amigos y familiares”, explicó el ex jugador de Tucumán Rugby. “Mientras dure esto voy a dar una mano como cadete para la gente que está en los grupos de riesgo y no quieren ni deben salir de sus casas, y que no tienen familia a mano o su familia tiene ya varias ocupaciones como cuidar chicos en las casas. La idea es ayudar a sus viejos, abuelos, etcétera”, escribió en su Whatsapp Macome. La autoría del texto era de “Beto”.

“Mis hermanos me cargaban. ‘Quién será el chanta éste’, me decían que iba a pensar la gente”, comentó entre risas durante la videoentrevista. Lo que pasa es que es probable que en ese momento, Macome no fue consciente de la seriedad de la propuesta. La viralización capturó ese mensaje informal en el que “Beto” se ofrecía. “Pasen mi número a gente que pueda llegar a necesitarme, posta. Sin ningún drama que me llamen o me manden Whatsapp. Es lo que quiero hacer. Me va a hacer bien a mí y creo que suma para cuidarnos entre todos”, escribió Macome en el mensaje.

Cuando todavía el aislamiento social preventivo no era obligatorio el ex rugbier empezó a ser esta especie de cadete solidario. “La gente no puede entender que lo haga gratis. Incluso me insistían en pagarme”, contó Macome, un buen termómetro de lo que está pasando en la sociedad tucumana con una pandemia mundial como realidad.

“Todos los días me pasa algo. Veo cómo vive la gente”, relató Macome que asiste principalmente a los ancianos. “Me tocó llegar a una señora que tenía al marido con la cadera quebrada. Tenían una sensación de miedo, no se si de abandono. Es eso lo que no pueden creer: contar con alguien”, es la reflexión a la que llega el hombre de 39 años.

Él también cuenta con lo necesario para poder seguir ayudando. Hay que recordar que cuando el mensaje se viralizó la situación no era tan crítica. Él no paró. “Pedí un permiso en la Municipalidad de Yerba Buena y lo hice avalar por la Policía por si tenía que salir de la zona”, indicó. “Dos hermanos tienen trabajos en estaciones de servicio”, encontró la solución para abaratar los costos de combustible de la camioneta con la que se traslada cuando esto pintaba y pinta para largo.

Es difícil creer que esto se le haya desmadrado en algún momento porque cada vez está más organizado. Hasta logró generar un nexo, no epidemiológico, sino solidario que ojalá se vuelva una pandemia. “A la gente que me pide mis servicios, siempre y cuando pueda, le pido que aporte algunos alimentos para gente que, por ejemplo, no puede salir a trabajar por las medidas que hay”, contó y dio uno de los ejemplos. “Fui a dejarle dos kits a una familia de San Pablo. Ella está embarazada de nueve meses y él es albañil”, comentó. Macome tiene hasta vocabulario técnico. ¿Qué estaría siendo un kit? “Arroz, polenta, harina, tomate, fideo. Depende de la familia, dejo dos. A la de San Pablo le puse leche también”, detalló.

Límite

Entre alimentos, recetas, remedios y algún otro elemento que le pidan trasladar, Macome pasa los días de la particular situación que atraviesa el mundo. Todo tiene un límite también y la acción de Macome llega hasta cierto punto. “Ya de madrugada me llamó una chica para pedirme que le vaya a comprar un porrón, je”, dijo sonriendo Macome. Les costó llegar a un punto de distensión.

Se siente mucho más cómodo ante los micrófonos cuando habla de rugby. No quiere ser un ejemplo porque esto lo empezó para sentirse ocupado ya que su posición en la pandemia es distinta, por ejemplo, a quienes sufren los despidos por el cruel motivo que esgrimen los empresarios de “crisis de productividad”. Por eso es que Macome siente que también es un modo de agradecer que el club respeta el vínculo de trabajo y económico. “Lo hago, primero, porque mi madre tiene 14 hijos. Yo la tengo y muchos no. Ella tiene quien la ayude, pero otras madres no. Y la segunda, es que tengo muchos amigos que me ayudaron en algún momento y a mi familia también. Esta creo que es una forma de devolver algo”, concluyó el entrenador.

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