Sin duda, la crisis sanitaria internacional está signada por la rapidez y la brutalidad con la que se abre paso minuto a minuto. Tal ímpetu ha logrado desequilibrar y sobrepasar las capacidades de los sistemas públicos de la mayoría de los países afectados, lo que obligó a los gobiernos a ingeniar un sinnúmero de estrategias para amortiguar el impacto de los daños que están experimentando.
Un ejemplo claro es el de España, cuyas autoridades de salud tuvieron que convertir una pista hielo de un conocido shopping de Madrid en una morgue para preservar los cuerpos de los pacientes fallecidos a causa de coronavirus.
“Se ha empezado a habilitar para tener preparada la instalación cedida en el Palacio de Hielo (…) para acoger cadáveres, y así poder facilitar el trabajo a los servicios funerarios ante esta situación excepcional”, señaló en un comunicado el gobierno regional de Madrid.
Además, anticiparon que la nueva sala comenzará a funcionar “en las próximas horas”.
La pista de hielo está ubicada cerca de Ifema, un centro de convenciones que fue transformado en un hospital de emergencia con 1.500 camas y que podría llegar a albergar 5.500 personas.
“Se trata de una medida temporal y extraordinaria encaminada, fundamentalmente, a mitigar el dolor de los familiares de las víctimas y la situación que se registra en los hospitales madrileños”, añadieron.
Desde la alcaldía local habían advertido que las funerarias municipales no estaban preparadas para continuar recibiendo más cadáveres, ya que no podía proveer de los elementos de protección adecuados para su personal.
Tan solo en las últimas 24 horas España registró 462 muertes, que se sumaron a los 2.182 fallecidos que registran desde que comenzó la pandemia.