El domingo por la mañana, un brote viral en la ciudad holandesa de Utrecht contagió a más de 60 personas en menos de una hora. Sin embargo, a diferencia del coronavirus, la infección ocurrió en WhatsApp. Ese escenario se repite en todo el mundo y Tucumán no es la excepción.
Mensajes que instaban a las personas a tomar sopa caliente para detener el coronavirus, o que descubrieran si se habían contagiado conteniendo la respiración durante 15 segundos, fueron compartidos entre amigos y familiares en cuestión de minutos, lo que contradice el consejo médico oficial, explicó la agencia Reuters sobre lo ocurrido en Holanda.
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Ivonne Hoek, de 63 años, dijo que recibió el mensaje de un amigo poco después de las 11 de la mañana, quien dijo que lo envió un vecino que trabaja en un hospital. Alarmada, se la envió rápidamente a sus dos hijos. Con un clic a las 11:36, su hijo, Tim, lo envió a todo su equipo de Frisbee de 65 personas.
"Probablemente no habría prestado atención a esto si lo hubiera visto de un extraño en Facebook. Pero confío mucho en mi madre", dijo Tim van Caubergh, de 35 años. "Lo compartí porque vino de una fuente confiable (...) así es como suceden estas cosas".
Paranoina tucumana
Ese mecanismo de viralización se convirtió en una práctica habitual para los usuarios y en Tucumán hubo cadenas con información falsa, incluso manipulando supuestas notas periodisticas de LA GACETA.
Esta semana se viralizaron mensajes y audios denunciando que un médico del hospital de Concepción padecía coronavirus y que continuaba trabajando. Su cuadro está siendo seguido por los especialistas del Siprosa, pero aún no se confirmó que esté infectado.
Horas más tarde comenzó a circular un listado con los nombres y las direcciones de un grupo de tucumanos, que supuestamente estuvo en zonas de riesgo, y que se negaban a cumplir con la cuarentena.
Por último, una serie de consejos para evitar el contagio y "ahuyentar" a los virus, como por ejemplo poner la mitad de una cebolla debajo de la cama.
Un tope a los mensajes reenviados
La crisis del coronavirus, que ha provocado la muerte de casi 9.000 personas en todo el mundo, y amenaza con la miseria económica a millones más, ha estado acompañada de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha denominado una "infodemia" de información errónea.
Twitter siguió el ejemplo de Facebook el miércoles y prohibió a los usuarios publicar información engañosa sobre el coronavirus, incluidas las que contradicen la orientación de expertos y consejos de tratamientos falsos.
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Pero la rápida difusión de esos mensajes muestra los desafíos que enfrentan plataformas de chat privadas, como mensajes de texto o WhatsApp -propiedad de Facebook-, donde el contenido es más difícil de controlar y a menudo se percibe como proveniente de una fuente confiable, como amigos y familia.
"Creo que existe una sensación de seguridad y comunidad en estos chats grupales que da a todo lo compartido allí una marca de autenticidad. La gente puede enviar y reenviar rápidamente imágenes, textos y notas de voz, y todo sucede en privado, lo que hace que sea muy, muy difícil contrarrestar esas afirmaciones", dijo Anna-Sophie Harling, directora para Europa del centro de monitoreo de información falsa NewsGuard.
WhatsApp ha restringido previamente la cantidad de personas a quienes los usuarios pueden reenviar mensajes después de que rumores virales en su plataforma desencadenaron una ola de linchamientos en India en 2018.
El servicio de mensajería para celulares, que tiene más de 2 mil millones de usuarios en todo el mundo, dijo ayer que se había asociado con la OMS y otras agencias de la ONU para lanzar un servicio para compartir la guía oficial de salud sobre el coronavirus.
A pesar de los movimientos y las advertencias oficiales, los mensajes virales que divulgan teorías conspirativas y consejos médicos falsos han continuado difundiéndose en línea, alarmando sobre los supuestos peligros de infección.