17 Marzo 2020
EL ASTRONAUTA Y LA BALLENA. La artista se da el lujo de jugar con los espacios naturales y sus criaturas.
Por designio de la vida, el arte y el amor por la naturaleza la rodearon desde pequeña. Entre manchas de pintura y bocetos de libélulas o del cosmos, una artista tucumana un día se animó a compartir su magia a través de las redes sociales.
Ella es Mahilen Victoria Aguaisol: tiene 19 años y un nombre de orígen indígena y es la mayor de tres hermanos. Vive con sus padres en Villa Carmela y desde que cumplió los tres supo que su destino era la expresión plástica. “Cuando era chica, mientras mis compañeros se la pasaban jugando, yo siempre estaba dibujando”, cuenta Mahilen en medio del recuerdo.
Luego, una visita al museo de la Fundación Miguel Lillo dejó al descubierto su veta artística. “A los siete años fui al museo y nos dieron láminas para dibujar. A mí me llamó la atención una mariposa y cuando la dibujé, los encargados del espacio quedaron impresionados”, comenta la joven. El 2019 fue un año particular. Egresada del colegio Tercer Milenio con un bachiller en Ciencias Sociales, Mahilen decidió ingresar a Medicina, pero no logró pasar los exámenes.
CUADERNOS. Aguaisol muestra uno de sus dibujos.
Fue así que, inmersa en un mundo de incertidumbre, decidió crear una página en Instagram (@illustration.mahi) para compartir sus producciones y venderlas. “Tengo mis enciclopedias, ahí leo e investigo para dibujar y darle un giro educativo a lo que hago”, explica la pintora. Además, confiesa que en cada diseño subido hay un sentimiento personal que impide dejar librados al azar los trazos.
A través de la red social, la tucumana sube fotografías de sus obras para comercializarlas, aunque también realiza dibujos por encargo. “Lunas y cuerpos celestes es lo que más me piden los clientes”, agrega.
Entre sus últimos trabajos está un dibujo (un tanto abstracto) sobre el amor; representado en dos mundos fusionados. “Como cuando conoces a una persona”, explica. Aguaisol también tiene una página en Facebook (@illustration.mahi) que sirve de réplica para su contenido. “Mi mamá siempre está compartiendo mis posteos ahí para ayudarme a que llegue a más gente. En WhatsApp hace lo mismo”, confiesa divertida.
La artista reconoce que entre sus pinturas, la que más le gusta es una en la que dibujó los girasoles de Vincent van Gogh. Su madre, Stella Maris Romero, le pidió que no venda ese cuadro para colocarlo en el living de la casa. Uno de las tantos, porque en cada rincón hay un pedacito de arte.
MEDUSAS. Los diseños se caracterizan por el color.
Todos tenemos algo que nos inspira y en el caso de ella, las bandas sonoras son el condimento clave. “Capaz suena gracioso, pero siempre escucho las canciones de Disney al dibujar. Me relaja muchísimo esa playlist”, asegura Aguaisol; aclarando que ya se convirtió en un ritual. Libélulas, abejas, avispas, flores y astronautas en diversos espacios son los protagonistas recurrentes de sus obras.
Mahilen tomó clases de dibujo en estos años y trabajó con acuarelas y carbonilla pero su estilo favorito a la hora de pintar es el que ella misma crea, con pinceles o simplemente con sus dedos. “Varios de los planetas que pinté fueron pintados con mis dedos y un secador de pelo”, revela la joven.
Tal como una “luz de luna” que hace visible lo que no se ve, esta joven artista intenta visibilizar el arte en las redes desde un lugar pequeño con grandes aspiraciones. “Animarse y valorar las producciones propias es lo esencial”, concluye. (Producción periodística: Milagro Molina).
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