“Mis jefes aprendieron a odiarme porque 'vivía enferma'. Luego el local cerró y fui feliz por no tener que rendir cuentas a nadie por mi dolor”, confiesa Florencia Salto, de 29 años. Con motivo del Día Mundial de la Endometriosis, que se celebra hoy, los pañuelos amarillos -color que representa a esta patología- se alzarán más alto que nunca.
La endometriosis es una enfermedad que afecta a una de cada nueve mujeres alrededor del mundo -lo que equivale al 15% de la población total-. En nuestra provincia, las chicas de “Endoguerreras” y “Endoexistencia”, buscan visibilizar y concientizar sobre la importancia del diagnóstico y tratamiento.
“Dentro del útero hay células que forman el endometrio -pared interna- que son las que se eliminan durante la menstruación. Pero cuando hay endometriosis, esas células se adhieren en zonas donde no deben hacerlo, como en los ovarios, la vejiga o incluso en los pulmones”, explica Gerardo Flores, único médico certificado por la Sociedad Argentina de Endometriosis (SAE) en Tucumán.
Por desconocimiento entre los médicos y entre las mismas pacientes, esta patología generalmente se diagnostica ocho años después de haber presentado la primera molestia.
“Hace dos años comencé con hemorragias y me dijeron que tenía cáncer cuando en realidad era endometriosis”, contó Cecilia Paredes, integrante de “Endoguerreras”. Para detectar a tiempo esta enfermedad, hay que prestar atención al síntoma por excelencia: el dolor crónico en la parte baja del abdomen. “Si es un dolor que no se va con analgésicos y que dura más de un día, hay que estudiarlo”, asegura Flores. Esta sensación, que según muchas mujeres es un suplicio, se caracteriza por ser invalidante y progresiva. Además genera dificultades para ir al baño y para mantener relaciones sexuales.
Diagnóstico tardío
Gabriela Medina, representante de “Endoexistencia”, le contó a LA GACETA cuándo comenzó su calvario. “A los 15 años tenía cólicos terribles. Visité al gastroenterólogo y al urólogo pero no me solucionaban nada. Finalmente, después de seis años me diagnosticaron endometriosis en grado cuatro -el más avanzado-. Perdí mi ovario izquierdo y mi trompa”, confesó. Cuando no se la trata a tiempo, esta enfermedad termina complicando otros órganos. “Jamás en mi vida tuve problemas de riñones y el año pasado tuvieron que hacerme dos intervenciones por una esquenosis renal”, añadió. Gabriela ya aprendió a convivir con la molestia de dormir y despertarse dolorida. “Prefiero mantener mi mente ocupada para olvidarme”, expresó.
Madres del dolor
Cuando las ganas de ser mamá son más poderosas que un dolor superlativo, la travesía gestante se vuelve un poco más amena. “Tuve dos embarazos en cama y me preguntaba por qué tenía que esperar a mi bebé como si fuera una enfermedad”, recordó Salto. En febrero de este año, la mujer tuvo que ser operada tras años de diagnósticos errados -supuestamente tenía infecciones urinarias-. En la intervención perdió su útero y ambos ovarios. “Me encantaría adoptar uno más porque ya no puedo quedar embarazada”, reveló.
Paredes tiene endometriosis en grado cuatro y perdió dos embarazos de 20 y 15 semanas. “A mis 32 años dejé de trabajar porque la frustración de no poder convertirme en mamá me devastó”, comentó.
El apoyo de su familia y de sus amigos es fundamental para que ella pueda hacerle frente a su situación. “Mi lucha por ser mamá es lo que me mantiene en pie”, agregó.
Además de las cirugías, las pacientes deben tomar una pastilla por día durante el resto de su vida. Eso les permite sufrir un poco menos, al menos desde el aspecto físico. Cada caja cuesta entre $ 1.800 y $ 2.100. A eso hay que sumarle los calmantes.
Respaldo legal
“Es un costo fijo para nosotras y no todas tienen acceso a obras sociales que lo cubran”, señaló Medina. Por este motivo y para concientizar sobre la patología, “Endoguerreras” y “Endoexistencia” se unieron para presentar un proyecto ante la Legislatura.
“Esta ley ya se declaró como guía provincial porque si bien hay una legislación a nivel internacional, en Tucumán no había nada al respecto”, explicó Medina, quien también es abogada y representante del grupo.
En agosto del año pasado se sancionó este proyecto que también exige la creación de un Registro Único de Pacientes con Endometriosis para poder estudiar los casos en la provincia.
Actualmente la ley no está vigente en la provincia por demoras burocráticas: “estamos a la espera de la firma del Gobernador para que tenga su número”, aclaró Medina. (Producción periodística: Milagro Molina)