Por Carlos Páez de la Torre H
25 Febrero 2020
LUCAS CÓRDOBA. Tuvo un hermano varón que no se dedicó a la carrera militar que abrazaron los otros.
La familia tucumana formada por el matrimonio de don Nabor Córdoba y doña Ester Luna y Liendo, tuvo numerosos hijos. Además del célebre gobernador de Tucumán y guerrero del desierto, don Lucas Córdoba, estaban dos llamados Nabor (uno murió en la guerra de Paraguay), Esther, Juan Pablo, Dalmiro, Emilio, Dolores, Rufino, Alcira, Nolasco y Octavio.
Éste último, nacido en Tucumán el 10 de diciembre de 1857, no es muy conocido, pero el historiador Vicente Osvaldo Cútolo suministra varios de sus datos biográficos. A Octavio Fernando Córdoba no le interesó la carrera militar que había abrazado la mayoría de sus hermanos. Por el contrario, fijó muy joven su residencia en Buenos Aires, donde cursó estudios de Derecho. Tenía 19 años, cuando su capacidad hizo que se le confiara la cátedra de Filosofía en la Universidad porteña. Esto, para reemplazar al doctor Victorino de la Plaza,que se ausentaba en esa época para una larga estadía en Gran Bretaña.
Posteriormente, se encargó a Córdoba la cátedra de Química y Física en la Escuela Naval Militar. Más tarde sería designado subsecretario del Ministerio de Guerra y Marina, durante dos períodos presidenciales. Corría 1903, cuando fue nombrado director y profesor en la Escuela Nacional de Comercio de Bahía Blanca. Allí se puso a su cargo la preparación definitiva del personal docente y administrativo de la referida casa de estudios. En ella, Córdoba desempeñó además las cátedras de Tecnologías y Productos Comerciales. Falleció Octavio Fernando Córdoba, en Buenos Aires el 24 de enero de 1927.
La larga carrera de Octavio Córdoba, aunque generalmente no aparezca en los diccionarios biográficos, da clara idea de las condiciones de este tucumano para la función pública. Aun en los cargos no demasiado importantes que desempeñó, mostró su capacidad para actividades burocráticas y docentes de no poca trascendencia.
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