Después de dos semanas de búsqueda, incertidumbre y sospechas, los amigos de Pablo Maximiliano Mariotti, de 36 años, comenzaron a hacer oír y visibilizar con carteles su malestar por el crimen y la investigación judicial. “Queremos ‘justicia’, porque su muerte no puede quedar en la nada. No queremos que quede impune. Pedimos que la Justicia se mueva. Pasó mucho tiempo desde la desaparición de ‘Marolio’ (como le decían a víctima). Recién ahora hicieron cosas para encontrarlo. No se movieron como debieron haberlo hecho”, apuntó Fernanda Naranjo Trigal frente a tribunales penales de avenida Sarmiento al 400, en la capital.
Este grupo de allegados al joven asesinado se concentró por la mañana en el edificio del fuero penal, después de seguir durante la madrugada el allanamiento en la propiedad de calle Olleros al 100, donde fue hallado el cuerpo de su amigo. El cadáver había sido ocultado en un patio interno de la vivienda. “Que pague el que tenga que pagar; queremos ‘justicia’”, se escuchó una y otra vez como demanda.
“Fue un impacto muy fuerte, luego de dos semanas sin saber qué le había pasado o dónde estaba. En la Fiscalía (Especializada en Delitos Complejos, a cargo de la causa) supieron desde el primer momento quién era el sospechoso, pero le dieron demasiado tiempo para que se fugue”, expresó Julio Guaraz.
Por su parte, el músico Rolo Marín, apuntó: “se dijeron cosas que no eran. Nosotros, los amigos, también estamos para defender su buen nombre. Era un chico muy bueno, querido en el ambiente de la música”.
“Acababa de heredar propiedades y dinero por el fallecimiento de la madre. Ahí se originó todo. Queremos saber dónde están esos bienes, porque sabemos que había sido estafado. Aquí hubo un traidor, el principal responsable (hizo referencia al principal sospechoso, Lucas Gordillo). Esperemos que lo encuentren y pague por eso. Queremos justicia”, añadió el referente de la banda “Rolo y los Fackin’ Adictos”.
Mauricio Paz, otro allegado, remarcó que Mariotti no era financista. “(Sólo) puso dinero y confió en esa gente. Luego, estas personas no le devolvieron el capital”, señaló.
Por último, Marín acotó: “Todo comenzó cuando unas personas se habían metido en la casa materna de Bella Vista. Le prometieron que iban a entregarle. Le habían robado a este chico hasta un auto”.