El viejo oficio de los que les sacan brillo a los zapatos

12 Febrero 2020

Los lustrabotas son figuras queridas y pintorescas, habituales en el centro. Algunos tienen paradas fijas como la vereda del Banco Nación o alrededor de la plaza y otros recorren las aceras junto a los bares céntricos en busca de clientes, así como en otras épocas hasta recorrían los barrios. Dan un servicio requerido y muy especial: darle brillo y buena vista al calzado aportando a la estética personal.

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EN ACCIÓN. Los hermanos Palavecino trabajan como lustrabotas desde hace más 30 años en la vereda sur de la calle San Martín esquina Maipú, frente al Banco Nación. Carlitos “El Rey del cepillo”, Manuel (camiseta de River), Carlos (remera amarilla), José (camisa floreada), Walter (foto) y Julio César (de delantal negro).

ELEMENTOS CLAVE. Pomadas, cepillos, tinta, trapos y franelas.

SACANDO BRILLO. “El rey del cepillo” en plena tarea, para dejar como nuevos los zapatos.

TAREA FINAL. A veces con ruido, siempre enérgica, la última limpieza deja al calzado con brillo extremo.

UN CLÁSICO. Banco alto, cajón de lustrar, espera paciente mientras el ajetreo ciudadano inunda el microcentro.

ESPERANDO A LOS CLIENTES. En la San Martín los lustrabotas ofrecen su servicio a la multitud que pasa por la atestada esquina.

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