30 Enero 2020
Francisco y el cardenal Barbarin Archivo.
El Vaticano ha anunciado que el Papa tomará "a su debido tiempo" una decisión sobre el cardenal y arzobispo de Lyon Philippe Barbarin, que ha vuelto a presentar su dimisión después de haber sido condenado en primera instancia a seis meses de prisión con suspensión de pena por encubrir los abusos sexuales cometidos en su diócesis y absuelto este jueves en apelación.
"La Santa Sede ha conocido la noticia de la sentencia de la corte de Apelación de Lyon sobre el cardenal Philippe Barbarin y su decisión de volver a poner su cargo en manos del Papa Francisco. El Santo Padre, que sigue de cerca el desarrollo de estos dolorosos episodios, comunicará su decisión a su debido tiempo", ha señalado la oficina de prensa del Vaticano en un comunicado.
"Junto a la Conferencia Episcopal Francesa, la Santa Sede reafirma su cercanía a todas las víctimas de abusos y a sus familias, en su sufrimiento, y permanece al lado de la Iglesia de Lyon duramente golpeada", han añadido desde el Vaticano.
Barbarin ha expresado que volverá a poner su cargo en manos del Papa Francisco, según informan medios de comunicación franceses. "Tomará el tiempo que quiera en tomar la decisión. Será para la iglesia de Lyon la ocasión para abrir un nuevo capítulo", ha añadido en este sentido.
Es la segunda vez que el arzobispo de Lyon presenta su dimisión. En marzo el también cardenal francés ya había renunciado a su cargo y lo dejó en manos de Francisco aunque su dimisión no fue aceptada por el Pontífice. Después de eso, el purpurado se alejó de la primera línea de las labores pastorales y dio a entender que no volvería a dirigir la diócesis de Lyon fuera cual fuera el resultado de su recurso.
Barbarin, de 69 años, fue acusado por asociaciones de víctimas de haber ocultado los abusos y violaciones cometidas por el clérigo Bernard Preynat entre 1971 y 1999. La sentencia definitiva se dictará el próximo 16 de marzo.
El Tribunal Correccional de Lyon consideró en primera instancia que había ocultado esos hechos para "preservar la institución", por lo que dictó contra Barbarin, uno de los clérigos más influyentes de Francia, una condena que fue considerada simbólica y que fue bien recibida por las asociaciones de víctimas.
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