Según el relato de los vecinos, el hombre sospechoso de quitarle la vida a Alba Silva, una mujer de 32 años oriunda de Simoca, durante la mañana de ayer en el barrio de Victoria, habría llamado a su hijo después de lo sucedido para informarle que quería suicidarse.
A raíz de esto, el hijo del hombre acusado se comunicó con Hugo Cuevas, el propietario de la casa, para preguntarle acerca de la presencia de un cuerpo femenino en el domicilio.
Sorprendido por la pregunta, Hugo se dirigió a la vivienda ubicada en el pasaje Japón al 1.100 del sur de la capital, y al encontrarla cerrada bajo llave se vio obligado a saltar la tapia para ingresar. En ese momento, encontró el cuerpo de la víctima acostado en la cama de una habitación.
De acuerdo a lo que manifestaron los vecinos, Cuevas es un hombre que trabaja como taxista, hijo de la dueña de la casa donde ocurrió el hecho. Al tratarse de una mujer de edad muy avanzada, hace unos cinco años fue a vivir al campo y dejó la vivienda en manos de su hijo.
Al parecer, como había sufrido reiterados robos, hace cinco días, el encargado de la casa habría ofrecido prestársela a un amigo para que la cuidara, quien aceptó la propuesta y fue con su pareja.
“La casa está cerrada todo el día porque el dueño sale a trabajar muy temprano y vuelve recién a la noche. Además, al tener otra casa, a veces ni siquiera vuelve. Como no estaba nunca, ya le habían robado varias veces”, comentó un vecino.
Antes del mediodía, la Policía llegó al lugar del incidente para investigar el caso. “Parece que la mató de un mazazo en la cabeza. Además parece que la golpeó antes de asesinarla porque tenía moretones en un costado del cuerpo”, señaló Franco Gigena, testigo del análisis de la escena del crimen, y añadió que la mujer se encontraba completamente desnuda cuando entró junto a la residencia junto a los investigadores.
El cuerpo de la víctima fue trasladado a la morgue para que los médicos realicen la autopsia correspondiente.
Atrapado en Simoca
En horas de la tarde, hombre acusado de asesinar a su pareja fue detenido por personal policial, en la localidad de Simoca. Mañana deberá prestar declaración ante la fiscalía de feria.
LA GACETA acudió a otro barrio donde, tiempo atrás, residían el principal sospechoso junto a la víctima: una casa ubicada en el cruce de las calle Güemes y el pasaje Superí, donde vive el padre del hombre acusado.
Conforme a los dichos de Alejandra Cáceres, vecina de la zona, el supuesto agresor fue a la esquina de la casa de su padre en busca de una ayuda que no consiguió. “Yo salí, pasadas las siete de la mañana, y lo vi parado en la vereda, tirando piedras al techo de la casa para que lo dejaran entrar”, declaró la mujer.
Fue a pedir ayuda
Horas más tarde, cerca de las 14, arribaron dos efectivos que estaban buscando al prófugo. Al no encontrarlo decidieron llevar detenido al padre. “El hombre lo llamaba a su hijo y le decía que venga a hacerse cargo”, reveló Cáceres.
Otra de las vecinas que se acercó para dar su testimonio, expresó que: “a pesar de que no los conocía mucho, los vecinos sabíamos que la pareja tenía discusiones con mucha frecuencia”, y aclaró que hace cinco meses ya no vivían allí, y que no sabía a dónde se habían mudado.
Por otro lado, ambas coincidieron en que no era la primera vez que este hombre tenía problemas con la justicia. Aseguraron que había estado dos años preso por violencia contra una mujer. “No sabemos bien si fue por violación o por haberla golpeado”, comentó una de las entrevistadas.
Este fue el segundo caso de femicidio registrado en lo que va del año. El anterior se había reportado el 9 de enero, cuando Luciana Beatriz Salazar, de 24 años fue asesinada en el barrio de San Cayetano.
Al igual que en el último caso, la justicia apunta contra la pareja de la víctima.
A lo largo del año pasado se reportaron 11 femicidios. Estos datos mostraron una disminuición en comparación con los 17 casos que ocurrieron en 2018.