Asaltaron una distribuidora de bebidas en El Manantial

Asaltaron una distribuidora de bebidas en El Manantial

El ataque duró dos minutos. Los agresores se movían en dos motos. El video del hecho circula por las redes sociales.

EL LUGAR DEL ATAQUE. El dueño de la distribuidora dijo que el ataque se produjo cerca de las 17.30. la gaceta / foto de inés quinteros orio EL LUGAR DEL ATAQUE. El dueño de la distribuidora dijo que el ataque se produjo cerca de las 17.30. la gaceta / foto de inés quinteros orio
20 Enero 2020

Cinco desconocidos ingresaron armados el viernes a una distribuidora de bebidas ubicada en un parque industrial de El Manantial. Tres de los integrantes de la banda encañonaron a los empleados, los redujeron y les robaron sus pertenencias. Otro se ocupó de atacar la caja mientras el restante cuidaba las dos motos en las que escaparon. Un video del ataque se viralizó en las redes sociales.

“Esto ocurrió a las 17.30, a plena luz del día. Acabábamos de pagarle a un proveedor, por lo que sólo pudieron llevarse $ 60.000, que era lo que quedaba de la recaudación”, informó Lucas Jaime, propietario del mayorista.

Ese día, su tío estaba encargado de la caja. En los videos de las cámaras de seguridad del salón de ventase puede ver que dos de los agresores irrumpieron y despojaron de sus pertenencias a algunos clientes. Al ver que uno de los compradores intentaba ocultar su dinero entre unas cajas de vino, los delincuentes le propinaron un culatazo y lo sacaron hacia el estacionamiento.

“Mi tío quedó muy asustado. Es un hombre de 65 años; anoche no pudo dormir y tenía la presión alta. Le pedimos que no venga por unos días”, explicó Jaime.

Dos de sus empleados se sumaron a la entrevista con LA GACETA. “Mientras estábamos en el suelo, trajeron a empujones a uno de los clientes y lo tiraron de un golpe al lado nuestro. Le advirtieron que no volviera a hacerse el pícaro”, recordó Ramón Oscar Galván.

En simultáneo, uno de los delincuentes sustraía la recaudación del día. Este último era el único que cubría su rostro con un casco de moto. Los demás ingresaron a cara descubierta y solo llevaban gorras o capuchas, según consta en los videos. “A punta de pistola nos ordenaron que nos tiráramos al piso y que no les viéramos al rostro”, describió Leonardo Víltez, otro de los empleados.

Segundos antes del robo, estos dos empleados, junto con otro compañero, trabajaban en el frente del local. “Conversábamos y hacíamos bromas, como la mayoría de las veces que hacemos esas tareas. En un momento vi que los cinco tipos venían en dos motos sin patentes desde San Pablo, pero sólo miraron y pasaron de largo. Sospechamos que eran delincuentes, pero creímos que iban a la ciudad”, mencionó.

La emboscada

Al poco tiempo de presenciar esa escena, las dos motos reaparecieron y se desencadenó el robo. Galván enfatizó: “con Leo logramos salvar los celulares. Yo tiré el mío en un rincón, cuando los ladrones no veían, y a él no le revisaron todos los bolsillos. Perdimos las billeteras con nuestras documentaciones. Además, uno de los ladrones revisó los vehículos que estaban estacionados”.

“En dos años que llevamos aquí, es la primera vez que nos asaltan. Al menos tres de los delincuentes portaban pistolas”, expresó Jaime. Según el propietario, la Policía demoró en llegar unos 20 minutos, aproximadamente. Fueron alertados por el sereno del predio y por una pareja que pasaba por la ruta justo en ese momento. El retraso de los uniformados se debió a que las referencias de la primera denuncia no habían sido precisas, y las patrullas habían parado a revisar otra distribuidora de la zona. “A pesar de ese percance, apenas llegaron se pusieron en campaña para buscar a los sospechosos, en base a los videos de seguridad”, añadió el empresario.

“Un dueño de otro comercio cercano me llamó para alertarme, me preocupé por mi tío que era quien estaba en ese momento. Más tarde algunos testigos nos contaron que vieron a los sujetos bajarse de las motos y subirse a un auto. Dos mujeres se llevaron las motos sin patente”, relató Jaime. Según esa versión, los sospechosos se cambiaron hasta la ropa.

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