Rock en las montañas: padres, hijos y una misma emoción

Rock en las montañas: padres, hijos y una misma emoción

La alegría de compartir, junto a la gente que uno ama, la misma pasión: una noche única, que quedará en la memoria de todas las personas que formaron parte de la segunda edición del festival que consolidó el amor por el rock.

LA GACETA/FOTOS DE NAZARENA ORTIZ LA GACETA/FOTOS DE NAZARENA ORTIZ
20 Enero 2020

El reloj daba las 20.15 en el predio del Club Los Cuartos, de Tafí del Valle, el sábado. El público calentaba motores para la que sería una velada inolvidable de una nueva edición del festival Rock en las Montañas, que tuvo como atracción central el grupo Las Pelotas. En el escenario estaban “Los Kuervos”, una banda salteña. El cantante (Jaime Sepúlveda), exaltado, gritó: “¡Aguante Tucumán, loco!”.

Santiago, lleno de vida, se movía al son de la canción, y definitivamente llamaba la atención. Con cuatro años bailaba lleno de energía que, según su madre, Fabiana (pidió que no se publicara su apellido), no baja nunca. ”Uno creería que después de esto duerme un montón, pero no. Descansa 10 minutos y ya está con todas las pilas de nuevo”. Su progenitora describía al pequeño como el mayor fan de ‘Carajo’, y confesó: “cuando él estaba en la panza yo escuchaba ‘Metallica’, será por eso que es así” (se ríe). Estaba en el recital con su hermana, Vanesa. Son de Santiago del Estero: “nos mudamos a Tucumán a los 18 años, y siempre íbamos a comprar discos juntas, tenemos unos 200 discos de rock, cuando podemos vamos a los recitales”. El niño, tímido al hablar, pero conciso en sus palabras: “me gusta la banda, me gusta bailar, me gustan todos los temas”.

Rock en las montañas: padres, hijos y una misma emoción

La noche avanzaba y llegaban más personas. Como las amigas Florencia (23) y Fabiana (24), que venían desde Buenos Aires y eran fans de “Nagual”, otra de las bandas que se presentó esa noche. Con gorras, remeras y banderas impresas con el logo de la banda, su fanatismo se notaba a lo lejos. “Los venimos siguiendo hace un tiempo, vamos a todos sus recitales. Incluso ahora venimos de Tilcara, porque ayer tocaron allá”, precisó Florencia. “Mañana se presentan de vuelta acá en Tafí así que nos quedamos a verlos, después vuelven a tocar en nuestra provincia por lo que ahí los volveremos a ver”, añadió Fabiana. A su lado también se encontraba el padre de Florencia, Sebastián. Orgulloso, contó: “Yo le contagié mis gustos a mi hija. Somos súper compañeros, siempre vamos juntos a los recitales. Venir con ella es una alegría, es como verte reflejado a vos en otra persona”.

Distintas generaciones

Había siete presentaciones durante la noche. Algunos iban a ver un grupo musical, otros a muchos, pero en lo que coincidían todos era en el entusiasmo. Se sentía un clima de paz y de buena onda.  Inclusive entre las distintas generaciones que iban juntas a ver a una de sus bandas favoritas.

José Alberto López, de 66 años, fue con su hijo Juan y con su cuñado. “Nos enteramos del evento y quisimos venir, nos gusta mucho”, expresó José. “Con el tema de las canciones estamos mano a mano, por ahí yo lo hago escuchar cosas a él y él a mí. Casi siempre vamos juntos a los recitales, compartimos música, hay buena relación” afirmó Juan. “Ahora lo trajimos a mi cuñado también, es su primera vez en un festival así”, agregó.

Lejos del escenario y cerca de los foodtrucks se encontraban Octavio Medici con su hijo Santiago y su nuera, Victoria Cuello. “Desde chico me gusta el rock, siempre vengo a los recitales, desde Charly García -me encanta ‘La máquina de hacer pájaros’- y todas las bandas de aquella época”, precisó el padre. “Hace 10 años que escucho “Las Pelotas”, porque me gusta el rock nacional y vengo del palo, también me gusta ‘Divididos’. Ya fuimos a algunos festivales los tres juntos”, añadió el hijo.  Victoria, por su parte, confesó: ”No soy tanto del palo del rock pero voy conociendo, más que nada por él, me gusta, me copa”.

Rock en las montañas: padres, hijos y una misma emoción

“Siento algo especial al venir con mi hijo, porque comparto lo que cuando era joven me gustaba, y aprecio que estamos coincidiendo en los gustos. Tengo otro hijo que es bajista, pero por sus horarios no coincidimos mucho para ir juntos a recitales. A él uno lo sigue y acompaña en su proyecto. Son esas cosas que se comparten, se viven, simplemente se disfrutan en la familia, tal vez no sea explícito. Se respira eso y no es necesario explicarlo. Nos gusta y el mero hecho de compartir un tema musical, escucharlo y simplemente disfrutarlo ya genera coincidencia, destacó Octavio. Santiago aporta: “Está bueno compartir en familia, me va gustando, y apreciar el arte también, siempre desde lo sano, sin excesos. También la casa está llena de música siempre, es lo que se contagia y después se comparte”.

Parejas rockeras

Nunca falta el amor en los festivales, y este no fue la excepción. Un gran número de enamorados se hicieron presentes para pasar una velada movida, y al mismo tiempo, romántica.

Ivana Salas y David Orellana, ambos de 36 años, oriundos de Jujuy, fueron al festival juntos, como eligen hacerlo hace más de 10 años. “El vínculo que nosotros tenemos hace que nos elijamos siempre, porque a él le gusta la misma onda que a mí. Es poco probable que a la gente con la que me rodeo le guste lo que a mí, y a él le pasa lo mismo, tenemos muchas cosas en común. El recuerdo de venir con la otra persona es lo que queda después. Si tuviéramos hijos no tendríamos problema de traerlos, porque es al aire libre y no me parece que pudiera pasar algo malo”, dice Ivana. “En nuestras familias nosotros salimos aparte. Nos encontramos en ese punto de compartir esto especial, siempre vamos a ver a esta (Las Pelotas) y a otras bandas también, lo disfrutamos mucho”, concluye David.

Debut a los 10 meses

Alejados de la muchedumbre se encontraba Julio Mamaní, de 38 años, con su hijo, Julián, de 10 meses, en brazos. El niño, debutante en los festivales, se movía sin parar. Su esposa, Cecilia, y su hija, Ambar, estaban más adelante, pero él decidió alejarse para resguardar del ruido al bebé. Explicó que para él y para Cecilia los recitales tienen un significado especial: “nos conocimos en 2009 viendo al ‘Indio’ Solari en Salta y desde ahí no nos separamos más. Con ella es especial, compartir en familia, venir a ver lo musical me gusta mucho, siempre venimos”. “Nuestra historia nace del recital y los cuatro siempre vamos a ver los shows, hacerlo  con los nenes, aunque ahora son chicos, es lindo. Uno quiere que escuchen rock, Julián me va a salir 100% rockero”, afirmó.

Con respecto a sus inicios en el género, afirmó: “De chico siempre me gustó, mis hermanos son re cumbieros y yo rockero. Cuando empecé a trabajar capaz que no me compraba una remera, pero me iba a ver a una banda. Es lo que a uno lo hace sentir bien. Lo que siento por esto, no hay palabras, pasarla bien con amigos que también vienen con sus hijos y todos compartimos es felicidad”. Minutos más tarde, se hizo presente Cecilia y juntos se fueron a la parte delantera del escenario, a disfrutar del show.

Final perfecto

Después de haber pasado por el escenario “Lo Peor del Mundo”, “La Ribera”, “Aneurixma”, “Cabarette” y “Los Cuervos”, “Las Pelotas” se hicieron presentes a la 1.10 de la madrugada. En un clima de fiesta y diversión, comenzaron tocando “Desaparecido”, y el público empezó a saltar sin parar.

Algunos bailaban solos, otros en grupo y otros flameaban las banderas de sus provincias. La emoción estaba presente en todo momento. Con el inicio de cada tema musical, la adrenalina subía de manera pacífica. La performance de la banda terminó a las 2.50, dando paso al último grupo musical de la noche, “Potrero de Arrabal”, que se desenvolvió en un ambiente óptimo para seguir festejando.

Fue una jornada llena de emociones, de pogos, cantos, bailes y buena vibra. Seguramente inolvidable para todos los amantes del rock.

Una mala

LA GACETA se retiró a las 3.10 del club y en el recorrido se encontró con cientos de latas, botellas y vasos tirados alrededor y dentro del predio del recital. Fue el costado lamentable del show, el hecho es que todavía no tenemos la capacidad de tirar donde corresponde los desechos. Fue una imagen para nada favorable. (Producción periodística: Luciana Lajud)

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