El "nuevo" Cadillal: guía para disfrutar de un día único
El Cadillal se despereza a partir de las 10. A esa hora comienzan a abrirse las primeras puertas y los mozos acomodan las sillas del bar del renovado complejo Puerto Argentino. Decir arreglado o jerarquizado le queda corto, aunque todavía esté en obra. Ya poco queda de lo que conocías (como el característico anfiteatro al que se le proyecta un techo que lo cubra por completo). Ahora, una serie de escaleras y rampas, miradores y terrazas, en el sector en el que está el museo arqueológico (reinaugurado en diciembre), te conducen a la costa del lago. Pero en esa enorme estructura, todavía falta que se ocupen locales comerciales y se estrene un bar de playa, con las mesas mirando al espejo de agua.
Verde, frescura, agua, comida, deportes... Todo lo que querés del verano está ahí, a menos de media hora del centro de la ciudad ¿Hace falta resaltar la belleza natural de ese entorno? Es hipnótico. Andá y se feliz por un rato.
Navegar
El Cadillal es sinónimo de agua, porque sus actividades se dan muy cerca o directamente adentro de ella. De hecho, ayer se inauguró un nuevo servicio: se hizo la primera navegación del bote que zarpará diariamente a las 11 (será a partir del miércoles). Semanas antes de que lo regaran con champagne, a modo de ofrenda a la Pachamama, fue bautizado como Camaken. Aunque la historia del nombre es larga, Sergio Wilde, el propietario de la embarcación, explicó que significa algo así como “energía de todas las cosas”.
No da miedo subirse a la embarcación. A algunos, quizás, un poquito. Pero se pasa al sentarse en la flamante nave de color blanco. Antes de arrancar llegan las indicaciones de seguridad, como la que señala que debajo del asiento hay chalecos salvavidas. Después explican que el paseo dura unos 50 minutos (cuesta $250 para adultos y $150 para niños), tiene capacidad para 80 personas y se puede subir al techo cuando lo indica Franco, el capitán. Cuando arranca la navegación les cuentan a los pasajeros que en las bahías retiraron todo tipo de restos arqueológicos que hoy son expuestos en el museo. También recuerdan que los geólogos se hacen “la fiesta” cuando ven las diferentes capas de la tierra y hasta las fracturas, porque muchas reflejan terremotos pasados.
Al otro lado del dique, a estribor, está la reserva de Aguas Chiquitas. Si alguien se sumerge por allá seguro encontrará las cascadas casi soñadas que relata Wilde mientras te conduce sobre el dique. La mirada se va al espejo de agua, a las diferentes aves que nos acompañan. Ahí hay que cerrar los ojos y dejar que el viento te refresque la cara. Y no te vas a marear: la velocidad no supera los 15 kilómetros por hora. Además, los paseos no se hacen durante tormentas o cuando hay mucho viento.
Este fin de semana, al movimiento lo acapara un campeonato de wakeboard. En ese entorno, Sebastián Giobellina, presidente del Ente Tucumán Turismo, cuenta los esfuerzos que han hecho para que El Cadillal tenga -al fin- infraestructura. También adelanta lo que se viene (un hotel sustentable, escondido en un morro cubierto por árboles).
Lo que se viene
Al paseo en barco que se realizará diariamente se le sumarán otras propuestas, como una salida al atardecer. Además, un ómnibus partirá cerca de las 10 de plaza Independencia -también desde el próximo miércoles- hacia El Cadillal, para dejar a los turistas en la puerta de Puerto Argentino y después devolverlos al lugar de origen. Previamente deberán adquirir una cuponera con descuentos para las diferentes actividades que se pueden hacer en la villa turística. En la sede del Ente encontrarán más información sobre este servicio. Otro paseo que se agregará próximamente será la visita a la central hidroeléctrica, para aprender cómo se suministra energía y agua a la población.
Comer y beber
Otro cambio que se hará, según el titular de Turismo, es la concesión del restaurante Clara, de Puerto Argentino. Se cerrará por unas semanas para hacer unas reformas, pero mientras tanto, unos foodtrucks ofrecerán servicios para no dejar un vacío. Luego, el Ente estará a cargo de la administración del restó, que también tiene juegos para niños.
A unos metros de Clara, bajando por unas escaleras y rampas, otra propuesta gastronómica abrirá sus puertas en una semana: se trata del bar de playa El Faro, con una privilegiada vista al lago; estará abierto durante todo el año (en invierno de 10 a 18). Este sector gastronómico también puede ser disfrutado por la noche, ya que se iluminó toda la ladera con tecnología led.
En la cima
El Cadillal tiene otra cara desde arriba. Es que trepando en aerosilla por el cerro Médici todo se ve diferente. Si ya subiste antes, el ascenso no te va a agitar tanto el pecho como la primera vez. Agarrás fuerte la mano de tu acompañante y listo. En la cima, en una semana, abrirán el tan ansiado bar, en el que comenzarán vendiendo bebidas y snacks, según cuenta el empresario a cargo del complejo, Pablo Sécul. El paseo cuesta $ 300 para adultos y $250 para niños.
Arriba, en la cima, es fundamental sumergirse en un sendero que resulta una pequeña muestra de nuestras yungas. A futuro proyectan actividades para chicos, como puentes colgantes, entre otras aventuras.
Pero fuera de esas actividades fijas, quienes visitan El Cadillal también meten los pies -o todo el cuerpo- en el agua, pescan en las bahías, escuchan bandas en vivo o dejan que el sol les de en la cara. Sólo hay que llegar y dejarse llevar por las ganas de disfrutar.