La audiencia convocada por Enrique Pedicone, vocal de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Instrucción de Tucumán, abrió un sendero distinto en la denuncia por supuesto abuso sexual con acceso carnal atribuido al senador José Alperovich.
El proceso seguirá un camino nuevo al que traía: el juez Facundo Maggio, titular del despacho N°2 de San Miguel de Tucumán, tendrá que avanzar en la investigación por lo menos hasta que la Corte Suprema de Justicia de la Nación resuelva en forma definitiva la cuestión de la competencia. Más allá de ese curso procesal particular, la audiencia implicó un hecho en sí mismo digno de ser destacado: nunca antes había habido un debate oral y público de este tipo en plena feria de verano.
En términos institucionales, el acontecimiento importa más que la definición concreta, y que sus implicancias para el ex gobernador y su sobrina denunciante. La sociedad tucumana “vio” por primera vez un debate sobre la competencia suscitado en la investigación penal. La “galería”, como llama Pedicone a las butacas destinadas a la comunidad, presenció el intercambio de opiniones entre las partes y cómo el juez entregaba su decisión en el acto, y también, frente a todos. En ese escenario cobró especial relevancia la asistencia de la denunciante, quien siguió la audiencia desde la oficina equipada para la videograbación, así como la inasistencia del funcionario público cuestionado. Quiso el destino que la máxima visibilidad ocurriera respecto de un caso sobre presuntos hechos ilícitos de orden íntimo.
Son imágenes paradójicas que dicen más que todas las palabras escritas: es la materialización de ese concepto tan esquivo e indispensable llamado transparencia.