En sintonía con el “congelamiento” de 180 días en las dietas promovida para diputados y senadores en el Congreso de la Nación, los concejales de San Miguel de Tucumán aprobaron ayer por unanimidad una resolución por la que renuncian a futuros aumentos salariales, por un lapso de seis meses. Sin embargo, en el recinto, ediles enrolados en el alfarismo criticaron las medidas de ajuste del gobernador, Juan Manzur, en particular, por la suspensión de la última cuota de la cláusula gatillo para los estatales.
La medida para freezar la remuneración de los concejales -unos $ 85.000 de bolsillo- se realizó mediante un renunciamiento, por una diferencia: diputados, senadores y legisladores tienen dietas, que ellos fijan, mientras que los ediles tienen sueldo. El salario de los ediles es fijado por un porcentaje de los emolumentos de los ministros de la Provincia.
El artículo 10 de la Ley Orgánica de Municipalidades (número 5.529) establece que los integrantes del Concejo “gozarán una remuneración mensual por el desempeño de sus funciones que no podrá exceder el 85% de la remuneración que se establezca para el intendente de la respectiva municipalidad”. A su vez, el sueldo del intendente -por caso, de Germán Alfaro-, es fijado por el artículo 45 de la misma ley, que establece que “el Intendente Municipal gozará de una remuneración que en ningún caso ni por ningún concepto podrá exceder el 95% de los haberes que se fijen para los ministros del Poder Ejecutivo”. Los ministros, a su vez, establecen sus emolumentos por decreto de Casa de Gobierno.
Si bien los concejales definieron la semana pasada que tomarían esta determinación -y convocaron a la sesión extraordinaria-, cuando votaron ayer ya estaba vigente el decreto acuerdo firmado por Manzur en donde, entre otros puntos, congela por 180 días los salarios de sus ministros -monto que luego fija los salarios de intendentes y concejales-: el “congelamiento” por 180 días votado por los ediles de la capital ya estaba aplicado.
“Esta renuncia a futuros aumentos seguramente la ciudadanía dirá que no es suficiente. Es un símbolo, de que al esfuerzo los debemos hacer todos, con la clase política a la cabeza. La verdad es que esto sirvió para que la cabeza visible del poder político de la Provincia, el gobernador, tome nota y vaya por el mismo camino, lo que no imaginábamos es que iba a recaer sobre el grueso de los trabajadores. Al esfuerzo lo tenía que hacer la clase política, no los trabajadores”, disparó el radical José Argañaraz.
El peronista David Mizrahi pidió de inmediato permiso para hablar: “sí me parece un sacrificio, pretendemos también un acto significativo de otros cuerpos del Estado en vez de chicanas”. Ernesto Nagle, presidente del bloque PJ, salió al cruce: “es ridículo y hasta gracioso escuchar que digan tantas cosas de Manzur. Él ha demostrado la capacidad de gobernar frente a la política nefasta del anterior gobierno nacional, del cual Argañaraz ha sido cómplice, cómplice de un movimiento que no a dejado gente sin afectar”.
Argañaraz respondió antes de votar: “de su partido político levantaban las dos manos para votar la reforma previsional, y después el gobernador firmó la addenda fiscal”.