La plaza tafinista era como la higuera del poema de Juana de Ibarbourou: había que mirarla con piedad. Esa falta de gracia la confinaba a un rol completamente secundario en un lugar colmado de atracciones estelares. A diferencia de otros parajes de montaña del norte, donde la plaza es el centro del pueblo, como Cachi y Cafayate en Salta, y hasta la vecina Amaicha del Valle, en Tafí pasaba inadvertida. Apenas resultaba un lugar de paso carente de la calidad de destino en sí mismo. Aquella función deslucida cambió por completo el 23 de octubre, cuando la Municipalidad inauguró las obras de remodelación de la plaza Ángel Miguel Esteves. Renovado y lindo como nunca, el espacio busca este verano el protagonismo que le fue esquivo.
La lavada de cara dio otra presencia a este paseo peculiar por su emplazamiento en un terreno escarpado, y por el hecho de que está situado sobre uno de los extremos de una calle de la villa (la Gobernador Critto) y no en una manzana propia. Esta ubicación obedece al trazado urbano particular, que se asienta sobre los terrenos que formaban parte de las estancias Las Tacanas y Los Cuartos, y es por ello que la plaza lleva el nombre de un heredero de la primera propiedad. Según relatan los memoriosos, la idea original era que este paseo honrara a una de las dueñas sucesivas de Las Tacanas, Margarita Zavalía, pero después se impusieron las denominaciones de su esposo, Ángel Miguel Esteves Torres y de su hijo homónimo. La plaza tiene una forma aproximada de semicírculo, y está a pasos de la Casa del Turista (Dirección de Turismo); de la Municipalidad y del emblemático establecimiento del Automóvil Club Argentino.
Los cambios inaugurados al final de la última gestión del ex intendente y legislador oficialista Jorge Yapura Astorga son el comentario del pueblo. Las modificaciones cautivan y sorprenden a lugareños y visitantes, que han comenzado a incorporar la plaza en la rutina estival. Programas deportivos gratuitos (martes a sábados a partir de las 18) y actos como la celebración del 1 de enero de 2020 aprovechan las bondades de un lugar que reúne a caminantes, ciclistas y usuarios de todas las edades.
Punto de contacto
El aspecto sobresaliente de la remodelación es la valorización de los árboles, que quedaron destacados por el nuevo diseño y están a tono con el verde profundo característico de la naturaleza de Tafí. La plaza sumó una vereda exterior amplia con canteros floridos, bancos y cestos de material: es un desahogo valiosísimo para una villa poco amigable con el peatón. La acera hace una curva ascendente en cuyo punto superior ya se instalaron camiones de comidas.
Por dentro, el paseo exhibe desniveles combinados con zonas de césped. Hay diferentes sectores en función de los distintos usos y objetivos. Por un lado están los juegos infantiles con piso de goma y los equipos para entrenamiento, por el otro, los murales elaborados por artistas vernáculos -la mayoría de los paneles del paredón que hace las veces de medianera todavía aguardan ser pintados-. La colocación de gazebos anticipa que allí se instalará otro mercado. Un área con superficie de madera, y asientos y mesas ha sido destinada a quienes quieran jugar a las damas o al ajedrez al aire libre (las fichas están a disposición del público en la Casa del Turista entre las 8 y las 22). El paseo también consta de una fuente decorada con dos collages verticales y de un anfiteatro, además de bebederos, rampas y escalinatas. En el mismo mástil ondean el pabellón nacional y la bandera wiphala.
“Hemos tratado de prever casi todo”, dijo Yapura Astorga durante la apertura de las obras. Mientras tomaba un café a metros de la plaza, el hoy legislador informó a este diario que el proyecto insumió alrededor de $ 4,2 millones y fue ejecutado con mano de obra municipal. La preocupación del ex intendente es la fuente, que requiere de un mantenimiento especial. Es una inquietud que conecta con los déficits de infraestructura de Tafí, donde el agua es un bien escaso y el manejo de los residuos aparece como un servicio crítico.
En la plaza caben todos: los pobladores permanentes, los turistas y los veraneantes. Leandro Luis Cruz, un lugareño que se define como lector fiel de LA GACETA y que repasaba el diario en el patio circular que da al escenario, enfatizaba ayer la calidad del mobiliario agregado al espacio. “Espero que podamos mantenerlo en buenas condiciones. La gente de aquí es cuidadosa y limpia, el problema se genera con la de afuera. Uno se da cuenta de ello fuera de la temporada, cuando no hay ni un papel en el piso”, observa. Mientras vigilaban a los chicos, Marta Fretes y otros formoseños elogiaban la limpieza y el estado del paseo. “Es algo a lo que no estamos acostumbrados. Nos gusta que haya una plaza tradicional donde puedan jugar los niños”, opinó la turista, que llegó a la villa el lunes.
La inversión ha dado frutos rápidamente puesto que el sitio está animado de día y de noche, gracias a una iluminación muy abundante con tecnología LED. Si el clima lo permite, se llena de visitantes y tafinistos atraídos por las más diversas actividades: desde tomar mate, platicar, leer y hacer gimnasia hasta dar una vuelta sin apuro con los minutos generosos que brindan las vacaciones. Cada quien a su modo expresa el beneplácito por disponer de un espacio público a la altura de las cumbres de Tafí. Sin saberlo, Cruz resumió esa transformación parafraseando a la poetisa Ibarbourou: “es otra plaza... La dejaron hermosa”.