Los tucumanos nos hemos acostumbrados a hacernos una pregunta fundamental cuando comienza el verano: ¿tendremos que esperar, otro año más, inundaciones en toda la provincia y graves daños causados por el agua?
2015 fue el año que quedó grabado a fuego, luego que de que al menos una decena de puentes en distintas zonas colapsaran debido a cantidades descomunales de lluvia caída. Eso, sin hablar de las casi habituales inundaciones en el sur de la provincia, con La Madrid como abanderada de las desgracias.
¿Y cómo será este año? ¿Vamos a ver nuevamente esas escenas dramáticas de familias que lo pierden todo? Hasta el momento, los pronósticos soplan a favor de Tucumán, al menos en cuanto a las posibilidades de inundaciones. En el área productiva, en tanto, la realidad podría ser más dura debído a una posible sequía, según anticipó el climatólogo Juan Minetti.
Los pronósticos climáticos que maneja Defensa Civil de la Provincia, que coordina las emergencias en casos de inundaciones u otros episodios vinculados a fenómenos naturales, hasta el momento indican que los parámetros de lluvia serán normales. Es decir, la cantidad de agua que se espera que caiga estará dentro de los promedios históricos, según informó Ramón Imbert, segundo jefe de esa área.
La preocupación mayor, este verano, es otra: los fuertes vientos que ya se dieron en diciembre y los primeros días de enero.
"No vemos que vaya a haber cantidades extraordinarias de agua, lo que nos da cierta tranquilidad. Manejamos un pronóstico hasta marzo y todo está dentro de los promedios. Por supuesto que estamos alerta, sobro todo a lo que ocurra en Catamarca y en la cuenca del Marapa. Pero de cumplirse el pronóstico, podremos llegar a abril con los suelos sin saturar, por si lloviera en exceso, que no es lo mismo que llegar con lluvias acumuladas de tres meses", explicó.
Imbert advirtió que otro fenónemo demandó el trabajo más urgente del equipo conformado por el Ministerio del Interior, de Defensa Civil y del Ministerio de Desarrollo. "Se están dando vientos muy fuertes, de alto poder destructivo, con mucha energía y de manera muy aislada en el mapa", describió.
Con este panorama, es posible que los servicios de emergencia de la provincia tengan que correr de un punto a otro del mapa en poco tiempo. "El 30 de diciembre, por ejemplo, se dieron fuertes vientos, centros de alta y baja presión, tormentas con mucha actividad eléctrica en Graneros y en Las Cejas, en el límite con Santiago del Estero, al noreste. Todo en un mismo día", ejemplificó Imbert.
Al parecer, esa será la constante del verano. Otra muestra de eso fue el pasado domingo y madrugada del lunes, cuando unos vientos intensos causaron destrozos en el área metropolitana de Tucumán.
¿Y en La Madrid?
A pesar de este pronóstico tranquilizador, al menos respecto de las lluvias, Imbert sostuvo que siempre hay un ojo puesto en La Madrid y los pueblos del sur que se inundan casi todos los años.
"Está funcionando muy bien el sistema de alerta temprano, en coordinación con la Policía de Catamarca, que nos da aviso cuando los pluviómetros en la cuenca del río San Francisco indican precipitaciones que pueden ser peligrosas para Tucuman. Lo mismo con la cuenca del Marapa: si hay una crecida en Escaba funciona una sirena y la gente tiene al menos seis horas para evacuarse", finalizó.